Los cuentos se escriben poniendo una palabra tras otra. Pero ¿se puede escribir un cuento quitando una palabra tras otra? ¡Sí se puede, como dice el resobado eslogan de política! Lean mis cuatro lectores, al final de esta columnejilla, un cuento escrito así... Abraham, dueño de una pequeña fábrica de ropa, tenía dos agentes vendedores. Un día los llamó a su oficina y les dijo: "Sus ventas han bajado considerablemente; no están vendiendo nada. He decidido organizar un concurso entre ambos. El que levante más pedidos este mes recibirá como premio una noche de sexo". Pregunta uno de los agentes: "¿Y qué le sucederá al perdedor?". Responde Abraham: "Deberá ponerse a disposición del ganador para que en él haga efectivo el premio"... Don Liebro padecía de insomnio. Todas las noches las pasaba con los ojos abiertos, sin dormir. Andaba siempre pálido y ojeroso. Un amigo suyo le recomendó a cierto médico naturista que curaba todos los males por medio de supositorios. Buscó el señor al galeno, y éste le preparó un supositorio hecho con extracto de las siguientes hierbas: árnica, dulcamara, enebro, genciana, poleo, tila, romero, boldo y mejorana. Días después el amigo le preguntó a don Liebro cómo le había ido con aquel remedio. "¡Muy bien! -responde con entusiasmo-. Me lo puse y me quedé dormido de inmediato. ¡Y dormí tan profundamente que cuando desperté todavía tenía el dedo ahí!"... Babalucas iba por el muelle cuando escuchó gritos angustiosos. Un pobre hombre había caído al agua y pedía auxilio desesperadamente. Babalucas se asoma, y el hombre le grita: "¡Una cuerda! ¡Lánceme por favor una cuerda!". "¡Desdichado! -le dice Babalucas-. Te estás ahogando ¿y encima te quieres ahorcar?"... El marido le hacía el amor a su mujer mientras ella veía su novela en el televisor de la recámara. Le dice la señora a su jadeante esposo en tono de reproche: ?No tienes corazón, Pompilio. Tú aquí goza y goza, y Marimar allá sufre y sufre?... Si me preguntan cuál es la principal fuente de contaminación en México ?sin contar, claro, la Cámara de Diputados- yo diré que el más grande contaminador de este país es Petróleos Mexicanos. Su corrupción y la de su sindicato han contaminado a la República, y sus emisiones y desechos ensucian aire, tierra y aguas en el territorio nacional. No parece haber en PEMEX conciencia del cuidado que se ha de tener con la naturaleza, y del respeto que se le debe. Los graves daños que causa al medio ambiente se ocultan o disfrazan por medio de costosas campañas publicitarias y repartiendo dinero a diestra y a siniestra. Nocivo gigante es esta empresa del Estado, monopolio que se mantiene asido a un pasado que resulta ya anacrónico... Susiflor le cuenta a Rosibel: ?Tuve que terminar con mi novio. Quería que hiciéramos el amor en la parte de atrás del vehículo de su compañía?. Pregunta Rosibel: ?¿Dónde trabaja él??. Contesta Susiflor: ?En una funeraria?... Se celebraba un partido de soccer entre el equipo de los elefantes y el de las hormiguitas. Una hormiguita se enfilaba con el balón hacia la portería de los elefantes. El gol era seguro. Pero uno de los enormes animales aplastó a la hormiguita de un pisotón. Llega a todo correr el árbitro y le saca tarjeta roja al paquidermo. "¡Le juro que no era mi intención matarla! -protesta el elefante-. ¡Solamente le quería meter zancadilla!"... Sigue ahora el cuento que arriba se anunció, hecho mediante el singular procedimiento de ir quitando palabras en vez de irlas poniendo. Helo aquí... ?¡Ay, Afrodisio, así no se puede!... ¡Ay, Afrodisio, así no sé!... ¡Ay, Afrodisio, así no!... ¡Ay, Afrodisio, así!... ¡Ay, Afrodisio!... ¡Aaaaay!?... FIN.