He aquí seis preguntas sin respuesta... 1-. ¿Dónde está la otra mitad de Medio Oriente?... 2-. Si en Holanda usan suecos ¿en Suecia usan holandos?... 3-. Un parto en la calle ¿es alumbrado público?... 4-. ¿Por qué no hay comida para gatos "con sabor a ratón"?... 5-. ¿Por qué usan agujas esterilizadas para aplicar una inyección letal?... 6-. ¿En qué tiempo verbal está la frase: "Esto no debería haber pasado"? ¿En preservativo imperfecto?... Babalucas fue a pescar en hielo. Llevaba un taladro para hacer el agujero, pero en el momento en que iba a hacerlo oyó una voz proveniente de lo alto: "¡AHÍ NO HAY PECES!". Desconcertado, Babalucas caminó unos pasos y se dispuso otra vez a taladrar el hielo. "¡AHÍ TAMPOCO HAY PECES!" -resonó por segunda ocasión la voz magnílocua. Caminó un poco más Babalucas y empezó a horadar el hielo por tercera vez. La voz sonó de nuevo, más perentoria aún: "¡AHÍ TAMPOCO HAY PECES!". Babalucas, desesperado ya, clamó con suplicante acento: "¿Quién eres tú, voz que me llama desde lo alto?". Responde la voz: "Soy el encargado de la pista de patinaje en hielo"... En una banca del parque un pequeño lustrador de calzado daba cera a los zapatos de un señor. Había muchas palomas en el parque. Revolaban sobre el niño, lo rodeaban, le estorbaban su trabajo. Molesto, el chiquillo las apartaba con la mano al tiempo que decía muy enojado: "¡Chinches palomas, váyanse a la shingada!". Pasaba por ahí una monjita y alcanzó a oír los dicterios del chamaco. "Hijo mío -le dice con tono maternal-. No trates así a estas avecitas de Dios. Si no quieres que te molesten simplemente hazles: ?¡Shu, shu!?. Con eso las chinches palomas solitas se irán a la shingada"... No cabe duda: este país ha caído en manos de los políticos. La política es hoy por hoy la única ocupación lucrativa, sin riesgos, y que ofrece a sus ejercitantes un sustancioso emolumento y la segura posibilidad de avanzar en el escalafón. Los políticos -sean funcionarios, "representantes populares" o autoridades- se fijan a sí mismos sus salarios, y además se otorgan con generosidad bonos, comisiones, viáticos, gratificaciones, gastos de esto y de lo otro y toda suerte de gajes, canonjías, prebendas, privilegios y prerrogativas que engordan sus bolsillos y cuentas bancarias y gravan onerosamente la economía de los mexicanos. Pueblo pobre es éste, con políticos ricos; país de miseria el nuestro, con partidos que reciben del erario recursos multimillonarios. ¡Y todavía se anuncia el registro de más partidos, como si fueran pocos los que padecemos! Si acostáramos a los políticos en hilera, los pies de uno pegados a la cabeza de otro, no sé hasta dónde llegaría esa fila, pero al menos así evitaríamos que se siguieran reproduciendo. Casta parasitaria es la de los malos políticos, cuya retribución es considerablemente más grande que su contribución... Una señora fue a ver al consejero matrimonial. Tenía problemas con su esposo, le dijo, a causa de su vida sexual. La interrogó largamente el consejero, pero no daba con la clave del problema. Finalmente le pregunta: "¿Acostumbra usted ver la cara de su esposo en el momento del amor?". "Una sola vez se la he visto" -confiesa la señora. Inquiere el asesor: "Y ¿qué expresión tenía en ese momento su marido?". Responde ella: "Yo diría que de cólera". Pensó el orientador que había encontrado una valiosa pista. "Me parece muy revelador, señora -le dice-, que sólo una vez le haya visto usted la cara a su esposo en el momento del amor, y que esa vez la cara de su marido haya mostrado enojo. Dígame: ¿por qué en esa ocasión sí le vio la cara a su esposo?". Replica la señora: "Porque se estaba asomando por la ventana"... FIN.