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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Armando Camorra

¿Han conocido los actuales tiempos un cuento tan sin vergüenza como "Remordimiento", llamado también "Pecado e inocencia"? Mis cuatro lectores pueden encontrar esa vitanda narración al final de estos renglones. Las personas púdicas, escrupulosas, recatadas o que sufran tiquismiquis de conciencia no deben leerlo, so riesgo de ver lesa su sensibilidad... Eso de ser uno de los suscritos que abajo firman en la parte inferior del calce al pie tiene sus asegunes, según se dice en lengua popular. Ahora resulta que la publicación hecha por los intelectuales que rechazan el desafuero de AMLO fue pagada en su mayor parte con fondos provenientes de una asociación formada por funcionarios de AMLO. Y ¿de dónde provienen esos fondos?... Sigue ahora el relato que arriba se anunció: "Remordimiento" o "Pecado e inocencia"... Un hombre joven le contó a su amigo: "Traigo un remordimiento de conciencia que no me deja en paz, que me inquieta en el día y me priva del sueño por la noche". "¿Qué hiciste?" -le pregunta intrigado el amigo. "Tú sabes -dice el otro- que me voy a casar el sábado que viene. Pues bien: ayer recibí una llamada telefónica de la mamá de mi novia. Debes saber que la señora es joven todavía, y guapa, y se halla en buenas carnes. Posee además el maduro atractivo que los años dan a esas incitantes mujeres de más de 40, que sólo al verlas sabe uno lo que saben". "No sigas -lo interrumpe el amigo-. Me estás excitando con esa descripción, y así no podré seguir ya tu relato". Continúa el otro: "Me dijo mi futura suegra que deseaba consultarme algunos cambios de última hora sobre la fiesta de la boda, y me pidió ir a su casa. Tal cosa me extrañó mucho, pues eso correspondía a mi novia, pero no recelé de nada y fui con la señora. Estaba completamente sola. Me recibió vestida sólo con un ligero negligé que dejaba a la vista sus mórbidos encantos y la blancura de sus ebúrneas carnes". "¡Calla, te digo! -pide el amigo, que empezaba a acezar por el relato-. ¿Y luego?". "Lo que en seguida sucedió -prosigue el otro- me dejó alelado. ?Desde que te vi por primera vez -me dijo la señora- sentí una atracción irresistible que me llevaba a ti. Sé que te vas a casar con mi hija, pero no quiero privarme del gozo de tenerte para mí al menos una vez. Cumplido mi deseo, y ya esposo tú de mi hija, no volveré jamás a renovar mi petición. Sé que esto es difícil para ti, y no quiero forzar tu voluntad. He aquí lo que haremos: yo iré a la alcoba y ahí te aguardaré, dispuesta a recibirte. Tú quédate aquí y pondera las cosas que te dije. Si lo decides, ve conmigo. Si, por el contrario, tu determinación es contraria a mi deseo, simplemente sal de la casa. Nunca te haré ningún reproche, y jamás volveremos a hablar de esto?. Al decir eso la señora se encaminé a la alcoba. Me quedé sumido en un mar de confusiones". "Extraña metáfora -interrumpe el amigo-. Pero dime ¿qué hiciste". "No dudé -responde el otro-. Salí corriendo de la casa. Al llegar a mi coche ¿a quién veo? ¡Al esposo de la señora, a mi futuro suegro! Me esperaba con los brazos abiertos. En ellos me estrechó con efusión y me dijo exultante: ?¡Ven a mi corazón, hijo mío! Lo que acaba de suceder era una trama que urdimos mi esposa y yo para probar tu temple. ¡Ahora sabemos que nuestra hija se casa con un hombre íntegro, decente, con valores, que le será fiel en la vida!?". "¡Qué bien! -exclama al amigo, contento por el final feliz de aquel raro suceso-. Pero dime: si así actuaste ¿entonces por qué tienes ese remordimiento?". Responde el otro, avergonzado: "¡Porque salí corriendo de la casa a traer el paquetito de condones que siempre llevo en mi automóvil!"... FIN.

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