"Sospecho de mi mujer -le dice don Cornulio a un amigo-. Estamos haciendo nuestra nueva casa, y le pidió al arquitecto que el clóset de la recámara tenga puerta hacia la calle"... Babalucas fue reclutado por el ejército, pues el peligro de guerra era inminente. Su madre le pregunta al reclutador, llena de angustia: "Pero ¿me lo devolverán vivo?". "Me temo que no, señora -responde con franqueza el hombre-. Ya lo estuvimos viendo, y creo que volverá igual de indejo"... Decía una muchacha: "La muerte nos dice la verdad acerca de las personas". Alguien que la escuchó decir tal cosa pensó que tras lo dicho estaba un grave pensamiento filosófico. Le preguntó: "¿Por qué dices que la muerte nos dice la verdad acerca de las personas". Responde la muchacha: "Mi abuelita sonreía siempre; jamás dejaba de sonreír. A nosotros eso nos emocionaba mucho, pues ante las más adversas circunstancias y las más duras pruebas de la vida la viejecita mantenía su misma sonrisa bondadosa. Cuando murió nos dimos cuenta de algo. No era que estuviese sonriendo; es que la dentadura postiza le quedaba grande"... Doña Gorgolota llegó a su casa. Al abrir la puerta de la alcoba ¿qué miró? A su marido, refocilándose cumplidamente en el mismísimo lecho conyugal con la joven criadita de la casa. "¡Hideputa! -profiere la señora, que años antes había tomado un curso de Literatura Española del Siglo de Oro-. ¿Puedes explicar esto?". "Sí -responde el adúltero con calma-. Traes zapatos de suela suave, por eso no te oímos llegar"... Con los diputados -tanto federales como de los estados- hay que hacer dos cosas. La primera: reducir en forma drástica su cifra. El número de diputados es hoy tan infinito como los granos de arena en el desierto o las gotas de agua en el inmenso mar. La segunda cosa que con los diputados debe hacerse es permitir su reelección. Sólo mediante este segundo recurso se conseguirá que los legisladores lleguen a tener la experiencia necesaria a fin de cumplir eficazmente su función, y sólo de ese modo se logrará también que sean verdaderos representantes populares, y no personeros al servicio del partido político que los postula. Si no es posible hacer esto que digo lo mejor que con los diputados puede hacerse es prescindir de ellos. A más del considerable ahorro que se lograría, de seguro las cosas marcharían mejor... Ejemplo clásico de machismo es el de aquel sultán que no tenía hijos. "¡Alá me maldijo! -gemía lleno de aflicción-. Tengo quinientas esposas y quinientas concubinas ¡y todas son estériles!"... La enfermera Pechina, de abundoso tetamen y pronunciado escote, le tomó la temperatura a aquel paciente. Le dice al médico: "El termómetro marca 39 y medio grados, doctor". Contesta el galeno: "Réstele dos a cuenta del escote"... En el boliche la linda chica le dice a su acompañante: "Si hago esta chuza te invito a mi departamento". Lanza la bola, el tipo va y la detiene. "¿Qué haces?" -pregunta con asombro la muchacha. "¿Para qué dejarla correr? -contesta el chico-. Era chuza segura"... Don Feblicio empezó a tener problemas para mantener la vertical, y fue con un médico especializado en problemas de conducta amorosa varonil. El facultativo prescribió una pastilla de potencia y eficacia tales -dijo- que una sola bastaría para lograr el propósito deseado. La tal pastilla era de regular tamaño, como haba. Un mes después el médico llamó por teléfono a don Feblicio a fin de preguntarle cómo le había ido con el famoso pastillón. "Muy mal, doctor -responde con apagada voz el lacerado-. Por su tamaño se me atoró al tomarla, y es fecha que no consigo doblar el cuello"... FIN.