Unos trapecistas de circo iban en avioneta a cierta ciudad de África. Falló el avión de la pequeña nave y el piloto hubo de hacer un aterrizaje forzoso en plena jungla. Llegaron los caníbales y apresaron a todos los viajeros. "¿A qué se dedican ustedes?" -pregunta el jefe de los antropófagos. Responde uno: "Somos trapecistas". "¡Al fin! -exclama el caníbal muy contento-. ¡Una comida balanceada!"... Don Cornilio vivía los momentos finales de su vida. Reúne sus últimos alientos y le pregunta a su esposa Mesalinia: "Mujer, un pensamiento me atormenta. De los ocho hijos que tenemos todos se parecen entre sí, menos Ultimiano, el menor. Estoy a punto de comparecer ante el eterno tribunal, de modo que nada me importan ya las cosas de la tierra. Presiento que el padre de Ultimiano es otro hombre. Dime, la verdad: ¿quién es el padre de ese niño?". Con el laconismo que exigían las circunstancias responde Mesalinia: "Tú"... Suena el teléfono en el asilo de ancianos. "Por favor -pide una voz de hombre-, comuníqueme con el señor Smith, en la habitación 114". Pasan unos instantes, y la encargada del conmutador le dice al que llamaba: "Lo siento. El teléfono del cuarto del señor Smith no me contesta". "¡Magnífico! -replica el hombre lleno de regocijo-. ¡Eso quiere decir que realmente me escapé!"... Yo no creo en el fatalismo. Pienso que esa idea está fatalmente condenada a desaparecer. Entiendo, sin embargo, que es imposible ya dar marcha atrás al procedimiento que eventualmente puede conducir al desafuero de López Obrador. Al PRI y al PAN les interesa que se aplique la juridicidad que podría sacar a AMLO de la carrera por la Presidencia. Ambos partidos están dispuestos a correr los riesgos que traería consigo esa descalificación, pues sus líderes suponen que las protestas de los seguidores del jefe de Gobierno del Distrito Federal no llegarían a mayores, y se diluirían finalmente al paso de los días. La apuesta es grande, pero la baza que se juega es más grande aún. Públicamente tanto los priistas como los panistas harán declaraciones tales como esa de que a López Obrador se le debe derrotar en las urnas, pero por abajo de la mesa las respectivas dirigencias de los dos partidos pedirán a sus parlamentarios que lleven adelante el desafuero. Cuando se encapotaba el cielo decía Goya, la criada de mi casa, al tiempo que se ponía el chal: "Me voy, porque viene negro negro por todos lados". Así se mira hoy el panorama mexicano: habrá tormenta si se consuma el desafuero del tormentoso tabasqueño, y mayores tormentas se verán después si el desafuero no se lleva a cabo. ¡Brrr!... En la cantina decía tristemente Babalucas. "Desde que mi esposa se fue a pasar un mes con su mamá yo no entro en mi casa, y vago sin rumbo por las calles". "¿Tanto así la extrañas?" -le pregunta un amigo, condolido. "No -responde Babalucas-. Lo que sucede es que se llevó la llave"... Sigue ahora un chiste sumamente lépero. En una escala de leperez (digámoslo así) de cero a 10, el cuento que sigue se calificaría con 8. Las personas que no gusten de leer chistes calificados con 8 esperen uno con calificación de 10... Eran dos hermanas ya mayores. Una de ellas vivía en un puerto marino, la otra en una ciudad del interior. Le dice ésta a su hermana, la que vivía en el puerto: "Todas las mañanas despierto con la garganta seca". "Yo también -comenta la otra-, pero chupo un salvavidas y se me quita la resequedad". "Eso es fácil para ti -replica la hermana que vivía en la ciudad-. Tú vives cerca de la playa"... (No le entendí)... FIN.
