La palabra "entelequia" es muy bonita. No es tan bonita como "lapislázuli", por ejemplo, pero aun así es bastante linda. El término tiene algo que ver con Aristóteles, algo que yo no entiendo. Las cosas aristotélicas son arduas, y más si uno prefiere las platónicas, pues a como está la realidad ya no se puede ser realista. Por fortuna Su Majestad el Uso ha dado a la palabra "entelequia" una connotación irónica que reconoce la Academia. Según su diccionario "entelequia" quiere decir cosa irreal. A juicio de muchos la Comisión Nacional de Derechos Humanos que preside el señor Soberanes es eso: una entelequia. El señor Soberanes, sin embargo, no lo es, y muy frecuentemente hace acto de presencia en los medios de comunicación con declaraciones sobre variados temas, los más de los cuales no son de su incumbencia. La última que hizo se relaciona con el tema de la educación laica, a la que el ombudsman -ómnibusman, porque de todo opina- calificó de discriminatoria, pues niega a los padres de familia el derecho de que sus hijos reciban educación religiosa en las escuelas. No sé si eso es lo que quiso decir el señor Soberanes, pero en su caso tal manifestación sería un soberano desatino. La educación laica es una de las mejores cosas que contiene nuestra legislación. Obedece a la necesaria separación entre la Iglesia (las iglesias) y el Estado, y es expresión de tolerancia y de respeto a la diversidad. Nadie coarta a los padres el derecho de educar a sus hijos en una determinada fe. Esa educación, sin embargo, no puede darse en las escuelas públicas, pues hay muchos credos religiosos. ¿A cuál de todos prohijaría el Estado? Existen instituciones educativas de carácter privado en las que sin estorbo alguno, a diferencia de lo que pasaba en otros tiempos, se imparte esa enseñanza o reciben los educandos la inspiración de tipo religioso que en esos planteles se profesa. El estado mexicano es un estado laico, y eso nos pone al amparo de peligrosas desviaciones que dañan tanto a la dimensión política de la persona como a su dimensión espiritual. Considere el señor Soberanes la siguiente frase que con modestia aporto: hay veces que el mejor servicio que le podemos prestar a la República es nuestro silencio... En la fiesta el latoso individuo aburría con su egocéntrica conversación a la bella muchacha. "De niño -le cuenta- solía yo darme topes contra la pared. El médico me dijo que si no dejaba de hacer eso acabaría idiota". "Y no te pudiste detener ¿verdad?" -le dice la muchacha... Dos mujeres subieron a un autobús cuyos asientos iban ya todos ocupados. Le dice una a la otra: "Vas a ver cómo hago que aquel señor, a quien ni siquiera conozco, se levante y me dé su asiento". Va la mujer y le dice con tono jovial al caballero: "Cómo está usted; qué gusto saludarlo nuevamente; ya hacía tiempo que no lo veía. Qué bueno que pudo usted hallar asiento. Yo no encontré, y vengo muy cansada". Todo mundo pudo escuchar aquello. Y todos también oyeron la respuesta del señor, que se levantó tras echar una ojeada a la mujer, a la que jamás había visto. Le dijo: "Claro, linda, siéntate. Eso de planchar ropa ajena cansa mucho, y más si se está embarazada como tú, y ni siquiera sabes quién es el padre de tu hijo para que te ayude con los gastos. Por cierto, chula, no vayas a planchar mañana a la casa. Mi esposa estará fuera, tratando de sacar de la cárcel a tu mamá. No sé si sepas que se peleó en la zona de tolerancia con una de sus compañeras"... ¿Cuáles son las diez letras que expresan lo mismo que las veinte que se necesitan para decir "excesivamente pequeña"? Esas diez letras son: "¿Ya estás ahí?". (No le entendí).... FIN.