Por fin el zoológico del pueblo tuvo su canguro. Como sabía que los canguros saltan muy alto el director le hizo poner una cerca de 3 metros de altura. Al día siguiente el canguro fue encontrado vagando por el parque. Lo regresaron a su lugar y le pusieron una cerca de 5 metros de alto. Por la mañana el canguro andaba otra vez afuera, muy feliz. El director ordenó que la cerca fuera de 10 metros. Inútil: de nuevo el canguro se escapó. Desesperado el director llamó al especialista en canguros. Le pregunta: "¿Cuántos metros de altura debe tener la cerca para que el canguro no se salga??. Responde el australiano: "Podrían hacerla de 50 kilómetros de alto, pero el canguro se seguirá saliendo si se les sigue olvidando, como hasta ahora, cerrar la puerta?... Le dice la señora a su vecina: "¡Qué frío hacía anoche! Tuve que salir, y tardé casi media hora en conseguir que arrancara mi automóvil?. "Sí que hacía frío, -confirma la vecina-. Yo no tuve que salir, y también tardé más de una hora en conseguir que arrancara mi marido? ... He leído varios libros de superación personal. (eso prueba que he leído de todo). He participado en cursos y conferencias de motivación. (ya que no pude estar en espíritu procuré por lo menos estar presente en cuerpo). Sin embargo la mejor lección de optimismo y de actitud positiva ante la vida me la dio un niño de 7 años. Vecino de mi casa, solía ir al terreno de al lado a practicar él solo su beisbol. Lanzaba la pelota al aire y la esperaba para golpearla con el bate. Rara vez le atinaba, pero jamás perdía el ánimo: seguía practicando sin descanso. Un día llegó a su acostumbrado entrenamiento. En esa ocasión había ahí otros niños que se pusieron a observarlo. Mi vecinito lanzó hacia arriba la pelota e intentó batearla. Falló, como de costumbre. Gritó: "¡Strike one!?. La volvió a lanzar y erró de nuevo. "¡Strike two!? -dijo. Los otros chamacos lo veían con sonrisa burlona. Lanzó el niño la pelota por tercera ocasión y otra vez abanicó el aire. "¡Strike three! -gritó-. ¡Ponche!?. Luego, volviéndose hacia los muchachillos que lo miraban, exclamó feliz y entusiasmado: "-¡Qué picherazo soy! ¡Qué picherazo!?. Como mi vecinito, todos podemos aprender también a convertir en triunfos las derrotas... El conferencista hablaba de los agujeros de ozono. Babalucas, que seguía con gran atención la conferencia, se inclina de pronto hacia su compañero y le dice: "Me estoy aburriendo?. "-¿Por qué? -se extraña éste. Me pareció verte muy atento?. "Sí, -reconoce Babalucas-. Pero es que al principio creí que iba a hablar de una japonesa?... Le dice la señora al novio de su hija: "¡Qué guapo eres! ¡Hasta pareces artista de Halloween!?. "De Hollywood, mamá, de Hollywood? -la corrige la muchacha... Himenia Camafría, madura señorita soltera, llega por la mañana a la administración del hotel y con airadas voces reclama la presencia del gerente. Cuando llega éste la señorita le dice con indignación: "¡Voy a demandar al hotel!". "¿Por qué?" -pregunta alarmado el gerente. "-Por crueldad mental" -dice la señorita-. "¿Crueldad mental? -se asombra el gerente. No entiendo". "-No se haga -dice la señorita-. Me dieron el cuarto que está al lado de la suite nupcial"... En medio de los jadeos acezantes, ingentes contorsiones, extáticos deliquios y urentes suspiros anhelantes que caracterizan al acto supremo del amor (cuando se hace bien) la guapa señora acierta a decirle al joven médico: "Ha de perdonar usted mi desconcierto inicial, doctor, pero yo siempre había creído que la fecundación artificial se hacía artificialmente?... FIN.
