Al término de esta columnejilla viene un cuento de subidísimo color. En una escala de sicalipsis de 0 a 10 tal relato fue calificado con 14. Lo leyó doña Tebaida Tridua y fue víctima de un soponcio, telele o papatús de carácter lipotímico que los médicos tuvieron que tratar con bizmas y catárticos, pues la ilustre presidenta de la Pía Sociedad de Sociedades Pías quedó privada de las tres potencias del alma: memoria, entendimiento y voluntad, por la impresión que le causó la lectura de tan funesto chascarrillo. Lo encontrarán mis cuatro lectores al final... Le dice el señor a su esposa: "Comemos y luego vamos a comprar tu aparato". Ella se entusiasma: "¡Fantástico! ¡Vamos a la recámara!". Repite él alzando la voz y gritándole al oído: "¡Te digo que comemos, COMEMOS, y luego vamos a comprar tu aparato para la sordera!". (¿Este chiste les pareció subidito de color? Pues es un cuento de Walt Disney comparado con el que anuncié al principio)... Doña Tetilia es una dama de opulento busto, de ubérrimo tetamen que se adelanta como la proa de una galera que con próspero viento navegara. Un día su esposo y ella fueron a cenar en un restorán italiano, y pidieron una pizza de salami para dos. Media hora después el marido llamó al mesero y le reclamó con enojo: "¡Oiga! ¡Hace media hora pedimos una pizza, y no nos la ha traído usted!". Responde el camarero con gran cortesanía: "Ya traje la pizza, caballero. Si la señora se hace un poquito para atrás la podrá usted ver"... Joseph Ratzinger es mencionado como posible sucesor de Juan Pablo II en el solio pontificio. Una nota aparecida ayer en los periódicos afirma que ya hay 50 cardenales dispuestos a dar su voto al Prefecto de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Esa institución tiene su más remoto antecedente en la llamada Inquisición Universal, creada por Paulo III en 1542. La Congregación se encarga de preservar la integridad de la fe católica, de proscribir las falsas doctrinas y de combatir las herejías. Entre sus atribuciones está la de aplicar sanciones a los críticos y disidentes de la Iglesia, sanciones que pueden llegar hasta la excomunión. El Cardenal Ratzinger, alemán, nació en 1927. Fue ordenado sacerdote en 1951, y dos años después obtuvo su doctorado en Teología en la Universidad de Munich. Participó en el Concilio Vaticano Segundo como asesor del Cardenal Frings, de Colonia. En ese tiempo sostenía puntos de vista progresistas. Sus biógrafos piensan que algunos de los efectos del Concilio hicieron cambiar radicalmente la actitud de Ratzinger, quien a partir de 1977, año en que fue designado Cardenal, empezó a ser identificado como parte del ala conservadora de la Iglesia. En noviembre de 1981 el Papa Juan Pablo II lo puso al frente de la Congregación citada, en la cual inició un firme y permanente esfuerzo por mantener la ortodoxia y la disciplina. Fue el principal artífice del nuevo Catecismo de la Iglesia, y aplicó severos castigos a quienes se apartaban un ápice de la doctrina para proponer puntos de vista calificados de liberales o modernos. La elección del Cardenal Ratzinger significaría un refrendo de las posturas de Juan Pablo en materias cuya revisión es demandada por importantes teólogos y grupos de católicos... Viene ahora el vitando cuento que arriba se anunció... Aquella monjita quería enviarle una carta a cierto Monseñor. No sabía, sin embargo, qué tratamiento darle antes del título. Escribió: "Don Monseñor". Pero eso de: "Don Monseñor" no le sonó muy bien. Fue entonces con la superiora y le preguntó: "Reverenda Madre: ?Monseñor? ¿se pone con ?Don??". "Supongo que sí, hija -responde la superiora-. Si no ya habría en la parroquia varias guarderías"... (No le entendí)... FIN.