¡Hoy! ¡Sí, hoy diré el nombre de quien creo debe ser el próximo Presidente de México! Sé que mi opinión no influirá mucho sobre los acontecimientos. Jamás permito que los hechos influyan sobre mis opiniones, por eso tampoco aspiro a que mis opiniones influyan sobre los hechos. Pero mi deber es orientar a la república, sobre todo cuando se ve tan desorientada como en estos días. Es tiempo, pues, de cumplir esa tarea orientadora. Diré enseguida quién creo que debe ser el próximo Presidente de México. Antes, sin embargo, daré salida a un par de lenes chascarrillos a fin de disponer el ánimo de la Nación para recibir tan importante manifiesto... La hija mayor del farmacéutico fue secuestrada. Días después de su desaparición el atribulado papá recibió una llamada telefónica de los secuestradores: "Somos dos -le dice una voz ronca-. Mándenos diez millones a cada uno". "¡Diez millones! -clama con desesperación el farmacéutico-. ¿De dónde voy a sacar yo tanto dinero?". "No -aclara el secuestrador-. Diez millones de unidades de penicilina"... Una guapa mujer entró en la joyería y le pidió al dueño que le dijera el precio del anillo de brillantes que estaba en el aparador. "Cuesta 20 mil pesos" -le informa el propietario. Pregunta la curvilínea dama: "¿Aceptaría usted alguna forma de pago en abonos?". Inquiere el hombre: "¿Qué tipo de abonos tiene usted en mente?". "Bueno -responde ella-. Estaba pensando en dos noches por semana durante los próximos seis meses"... No me andaré por las ramas; lo diré sin tapujos ni rodeos. Creo que el próximo Presidente de México debe ser Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. No finco mi declaración en cosas del pasado -por ejemplo, el legítimo triunfo que se le arrebató cuando la tristemente famosa caída del sistema-, sino en consideraciones del presente y en otras que al futuro tocan. Tengo la convicción de que el siguiente Gobierno debe ser de izquierda. No pueden postergarse ya los reclamos de justicia del pueblo pobre mexicano. Es necesaria una nueva actitud que impida que se siga favoreciendo el interés de los hombres del dinero que se traduce en poder, y de los hombres del poder que se traduce en dinero, a cambio de hacer más grande aún la miseria en que millones de mexicanos a duras penas sobreviven. La derecha ya tuvo su oportunidad: anunció un "Gobierno del cambio" en el cual lo único que cambió fue el estado civil del Presidente. El PRI, por su parte, tuvo siete décadas de oportunidades, y si ahora postula a Madrazo como su candidato, y eventualmente gana la elección, pondrá otra vez al país en manos de Carlos Salinas de Gortari. En esas condiciones, mirando las tendencias que se observan en el mundo en general y en América Latina en especial, y aun poniendo en ejercicio aquella vieja teoría del péndulo según la cual en México a una tendencia política sigue la contraria, pienso que el próximo Presidente ha de salir del PRD. Esto, desde luego, no es un vaticinio: es la expresión de la la que creo una necesidad social. Ojalá, sin embargo, el candidato perredista no sea López Obrador, aunque aparentemente sea ahora el más abocado al triunfo. Todo indica que se llegada a la Presidencia entraña riesgos graves para el país. Cuauhtémoc Cárdenas representaría bien los principios de la izquierda mexicana, y desde el punto de vista estrictamente pragmático podría ofrecer una mejor candidatura, pues atraería los votos que ahora son de López Obrador, sin provocar el rechazo y los temores que en muchos suscita la figura de AMLO. Espero, pues, que la izquierda mexicana tenga oportunidad de gobernar, y espero que ese gobierno de la izquierda lo encabece Cárdenas. He dicho... FIN.
