La profesora notó que esa mañana Pepito se veía sin ánimos, laso, desganado. El niño le explicó: "Es que me vine a la escuela sin desayunar". "Con razón -responde la maestra-. En el recreo veré que comas algo. Pero volvamos a nuestra clase de Geografía. A ver, Pepito: dime tú mismo: ¿dónde está el Golfo de México?". Contesta el muchachillo: "No sé dónde esté ahora, pero cuando salí de la casa estaba arriba de mi mamá. Por eso ella no me dio de desayunar"... Ira Hatam, el jefe de Relaciones Públicas del Departamento de Espionaje del Ejército, le dice al general: "Tengo informes en el sentido de que esta noche el enemigo nos caerá por sorpresa". El general reúne a sus tropas y les habla: "Esta noche el enemigo nos caerá por sorpresa. Por favor, cuando nos caiga pongan todos cara de sorpresa. No me gusta ser aguafiestas"... Decía aquel gordito: "Llevo una dieta balanceada: una hamburguesa en una mano y una pizza en la otra"... Los Minifaldos, ya se sabe, son un grupo de señores de la cuarta edad, o quinta, que se reúnen a tomar café en un restorán de mi ciudad, Saltillo. Todos tienen edad muy avanzada; por eso se les llama "Los Minifaldos", porque están a cinco centímetros del hoyo. Los tales señores gustan de hacer pronósticos políticos. Vaticinan, por ejemplo, quién será el próximo Presidente de la República (fueron ellos quienes profetizaron la llegada a la Presidencia de don Emilio Portes Gil), o predicen quién no será Presidente (dijeron que Vicente Fox no sería Presidente, y su vaticinio se cumplió). Pues bien: Los Minifaldos auguran que la próxima elección presidencial será reñida, y dicen que si López Obrador es candidato, y pierde, su derrota tendría que ser por la vía del nocaut, es decir, una derrota clara e indiscutible, pues si perdiera por escaso margen entonces sería muy difícil que se aviniera a reconocer el triunfo del contrario, y nuevamente sacaría el moñito para llamar a la resistencia civil, que quizá en esa ocasión no sería tan civil. Yo digo que Los Minifaldos se están adelantando mucho a los acontecimientos, pero ellos responden que son los acontecimientos los que siempre se nos adelantan, de modo que es menester prever las cosas con anticipación, que es como se deben prever, pues preverlas con posterioridad ya para nada sirve. Por eso es importante, añaden los Minifaldos, que el próximo secretario de Gobernación no sea un amigo del Presidente, sino alguien imparcial, de modo de evitar que el aparato del Estado, como pasaba en los ayeres priistas, se ponga al servicio del candidato gobiernista, y en garantía de elecciones equitativas y con transparencia. Yo les recuerdo a Los Minifaldos aquello de que no se debe cruzar el puente antes de llegar al río. Ellos señalan que el río ya está aquí, aunque no se vea el puente. No entiendo lo que me quieren decir con eso, y cambio la conversación... La señorita Easylay fue a confesarse. " Me acuso padre -dice- de que me he acostado con muchos hombres". "¿Con cuántos" -inquiere el confesor. Replica la señorita Easylay: "Usted impóngame la penitencia, padre. Las estadísticas déjemelas a mí"... Le dice una señora a otra: "¡Qué raro ha estado el clima! ¡Ya hace calor, ya se siente otra vez frío! ¡Nunca se había visto esto!". Opina la otra: "Ha de ser por El Niño". "¡Mira! -exclama la señora-. ¡La misma causa por la cual mi hija se tuvo qué casar!"... Rosilita -equivalente femenino de Pepito- le pregunta a su mamá: "Mami: una niñita de cinco años, como yo, ¿se puede embarazar?". "No, hijita -responde la señora-. Tal cosa no es posible". Entonces Rosilita regresa corriendo a donde sus amiguitos la esperaban y les dice alegremente: "¡El mismo juego, chavos!"... FIN.