Don Minucio traía la portañuela abierta. ("Portañuela" es el nombre que en Cuba recibe la bragueta. La persona que use este breviario cultural, y diga por ejemplo en un velorio: "Ciérrenle la portañuela al difuntito. Con eso que se le mira se ve más muerto todavía", deberá depositar 10 pesos en la cuenta 5553196370 del Forger's Bank, en Cayman Islands. Di no a la piratería). El motivo por el cual don Minucio traía la portañuela abierta es que su esposa, mujer remisa y algo floja, no le cosía el descosido zipper "Me iré al trabajo con la bragueta abierta -amenazó don Minucio a su señora-. Así todo mundo sabrá que me falta mujer". "Déjatela abierta -replica ella-. Así todo mundo sabrá que a mí me falta hombre"... Unos trogloditas de la Edad de Piedra perseguían a un dinosaurio. Lo acosaban con gritos, le arrojaban lanzas y le tiraban piedras. La enorme bestia huía a todo correr, y en su desaforado galope iba mascullando con enojo: "¡Carajo! ¿Dónde está la Sociedad Protectora de Animales cuando más se le necesita?"... El hombre tiene dos edades: aquella en que quiere ser fiel y no puede y aquella en que quiere ser infiel y tampoco puede. En la merienda las señoras hablaban de las infidelidades de sus respectivos cónyuges. Una contó que cierto día sorprendió a su marido en trance de carnalidad con la joven criadita de la casa. "¡Te me largas de inmediato!" -gritó la señora hecha una furia. La criadita, atribulada y compungida, se iba a retirar. "A ti no te estoy hablando" -la detiene la señora. (Estimaba en más los servicios de la eficiente fámula que la presencia de su coscolino esposo). Otra recordó la Oración de la Mujer Casada: "Señor: que mi marido no me engañe. Si me engaña, que yo no me entere. Y si me entero, que me valga madre". Una tercera declaró: "Pues a mí jamás me ha engañado mi marido". Pregunta una de las presentes con escepticismo: "¿Es cierto eso?". "Absolutamente cierto -confirma la señora-. Siempre lo he pescado en sus movidas". ("Movida" es en México la relación sexual ilícita, y la persona con quien esa relación se tiene. Un ejemplo. Murió el compadre, y la comadre fue a darle el pésame a la esposa del finado. Le dice con dramático acento terebrante: "¡Comadre, vengo conmovida!". "Dígale que la espere ahí afuerita" -se sobresalta la acongojada viuda)... ¡Aplaudid, manos ociosas! Ahora sí parece que va en serio lo de la construcción de una autopista de peaje entre las ciudades de Saltillo y Monterrey. Dudo que haya dos poblaciones con tanto tránsito de vehículos como el que se registra entre estas dos. Al intenso tráfico de unidades de carga pesada se añade el hecho de que la gente movidosa de Monterrey va a los moteles de Saltillo, y la gente movidosa de Saltillo va a los de Monterrey, lo cual aumenta sensiblemente el número de vehículos que circulan por esa carretera. Una de cuota ya es necesarísima, pues con frecuencia suceden en la actual accidentes debidos casi siempre a la fatiga o exceso de velocidad con que manejan los traileros. Los casi cotidianos choques y volcaduras interrumpen por completo el tránsito, a veces durante cinco o seis horas. Aplausos, pues, para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y para los gobiernos de Coahuila y Nuevo León por la decisión -esperemos que ahora sí decisiva- de comenzar esos trabajos... Babalucas le llevó flores a su esposa. Ella recordó a lady Chatterley, cuyo amante cubría con flores su desnudo cuerpo. Se despojó de su vestimenta y se tendió en el lecho conyugal dispuesta ya para el amor. Luego le pidió a su marido con insinuante acento de erotismo: "Ponme las flores aquí". Y pregunta Babalucas, azorado: "¿Qué no tienes un florero?"... FIN.