La señorita Peripalda le informa muy desolada al padre Arsilio: "Señor cura: ese súbito aumento en las solicitudes de inscripción para la Cofradía Vicentina se debió a que las señoras pensaron que se trataba de un club de fans de Vicente Fernández"... Don Poseidón, papá de Dulcilí, le dijo a su hija: "Mi compadre Armodio me pidió tu mano para su hijo Leovigildo. Creo que es tiempo ya de que te cases, de modo que di una respuesta afirmativa a su solicitud. Estoy seguro de que serás feliz con ese muchacho". "Pero, padre -se atreve a responder la ingenua chica-. ¡No quiero dejar a mi mamá!". "Hija -responde solemnemente don Poseidón-. Por ningún motivo quiero interponerme en el camino de tu felicidad. Llévatela contigo"... Los texanos, ya se sabe, están muy orgullosos del tamaño de su estado. En cierta convención en Houston un conferencista texano hizo alarde de la grandeza territorial de Texas. Al final, en el periodo de preguntas y respuestas, un individuo levantó la mano. "Perdone, señor -dice al conferencista-. ¿No sabe usted si en la sala hay algún médico siquiatra?". "¿Un siquiatra? -se sorprende el texano-. Realmente no lo sé, amigo. ¿Por qué?". Responde el tipo: "Es que vengo de Alaska, y aquí en Texas siento claustrofobia"... La maestra del jardín de niños afrontó un problema: Rosilita dijo que a los bebés los trae de París la cigüeña, mientras Juanilito afirmó la tesis de que los niños nacen de una coliflor en el jardín. Todos los niños tomaron partido, la mitad a favor de la doctrina ornitológica, la otra en apoyo de la teoría botánica. La profesora se azaró; no sabía cómo resolver el caso. En eso Pepito levantó la mano. "Maestra -declaró-. Yo sé cómo terminar esa discusión". "¿Cómo?" -preguntó la maestra llena inquietud, pues conocía los alcances del chiquillo. Y dijo Pepito: "Vamos a pasar el asunto a votación"... Evoco los lejanos tiempos en que el PAN era llamado "el partido de la gente decente" -en verdad lo era- y dejo escapar un suspiro de nostalgia. Escuchad ese suspiro: "¡Ahhhhhhh!". Claro, como cantó Dooley Wilson en "Casablanca", "a sigh is just a sigh"; un suspiro es solamente un suspiro. En este caso, sin embargo, el suspirar es manifestación de pena por la pérdida de los valores que otrora caracterizaron al partido de don Manuel Gómez Morín. Fue gran indecencia, por ejemplo, la acción de Creel al otorgar permisos para casas de apuestas unos días antes de dejar la Secretaría de Gobernación a fin de buscar la candidatura presidencial. Si los panistas lo nombran su candidato estarán poniendo el último clavo a un ataúd cuyas tablas se ven ya en la carpintería... Una compañía tabacalera supo de la existencia de un hombre que había cumplido 100 años de edad, y que desde su juventud había fumado cigarrillos de la marca que la empresa producía. El agente de publicidad de la compañía pensó que el caso de aquel hombre centenario serviría para contrarrestar la idea de que fumar causa graves daños a la salud, de modo que lo buscó y le ofreció una buena cantidad de dinero a cambio de que se presentara en un programa de televisión que se trasmitía a las 10 de la mañana. Repuso el hombre: "Sólo puedo presentarme en televisión después de la una de la tarde". "¿Por qué?" -se extrañó el publicista. Responde el fumador: "Porque hasta la una de la tarde se me quita esa maldita tos"... La esposa del granjero le dice: "No me lo explico. Todos los huevos que están poniendo nuestras gallinas traen dibujados en la yema los aros olímpicos". Responde el hombre: "Es natural. El gallo tiene pie de atleta"... FIN.