El especialista en enfermedades de las llamadas "secretas", y que ya son tan públicas, le informó a su paciente: "Todos los síntomas muestran que tiene usted herpes genital". "No, doctor -lo contradice el tipo-. Ha de ser catarro". "Si usted lo dice -replica el médico-. Pero hasta que aquella cosa no empiece a estornudar vamos a tratar el caso como herpes genital"... Una amiga de Rosibel, secretaria de don Algón, le pregunta a la curvilínea chica: "¿Aceptaste aquel finísimo abrigo de visón que te ofrecía tu jefe?". "No -contesta Rosibel-. A cambio quería mis sencillas pantaletitas de seda"... Un joven invitó a cierta chica a un día de campo, y ahí, solos los dos, le pidió la dación de su más íntimo tesoro. Ella le dijo que no. "Perdona, Susiflor -se apenó él-. Sé al pedirte lo que te pedí falté al respeto que se debe a una joven virtuosa como tú". "No -aclara ella-. Lo que pasa es que no voy a seguir haciendo en domingo lo que hago todos los días de la semana"... He visto en la Ciudad de México anuncios espectaculares en que la marca Jaguar, de excelentes y elegantes coches, incita a los conductores en general a observar las reglas de seguridad en el manejo. El texto de esos anuncios dice cosas como ésta: "Quienes manejamos un Jaguar somos caballeros: respetamos los límites de velocidad". A mí me parece magnífica esa manera de anunciarse, y aplaudo al publicista que concibió la idea. La excelencia y elegancia de esa publicidad corresponde a la elegancia y excelencia de los coches de aquella prestigiada marca. Ahora bien: siempre que hago el elogio de algún producto sus fabricantes suelen enviarme una muestra a modo de agradecimiento. Nunca espero eso, desde luego, ni mis encomios se fincan en el afán de merecer tales obsequios, sino en el propósito de difundir, apoyar y reconocer lo que creo de beneficio para la comunidad. De cualquier manera recibo siempre con satisfacción esos regalos. Hace tiempo, verbi gratia, alabé una campaña publicitaria de la gran casa Bacardí, ejemplo también de calidad en los productos que elabora y distribuye. Esa campaña exhortaba a la población a no excederse en el consumo de bebidas alcohólicas. Parecía que el fabricante iba en contra de su propio interés al proponer ese modo de conducta, por lo cual su campaña me pareció muy digna de alabanza. Pues bien: pocos días después de elogiarla recibí de los señores Bacardí un precioso reloj de pared con el emblema de la casa, más una caja de ron, el mismo ron -Bacardí Carta Blanca- con el cual mi señor padre se preparaba dos cubitas cada noche, que bebía con morosa delectación mientras oía "La hora íntima" de Agustín Lara y el noticiero de Nacho Santibáñez. En otra ocasión me referí a los sabrosísismos chocolates Costanzo, de San Luis Potosí, y sus elaboradores me mandaron una buena dotación de sus riquísimos dulces. Lo mismo hizo mi gran amigo Ismael García, "El Tigre", cuando alabé las exquisitas gorditas que hace y vende en su restaurante de Ciudad Victoria, junto al Hospital General: me mandó un itacate con dos docenas de sabrosísimas gorditas. Sigan tan plausibles ejemplos los señores de la casa Jaguar, y mándenme uno de los artículos que fabrican. La dirección es: "Catón. Domicilio conocido. Saltillo, Coahuila, México". Muchas gracias... Murió un señor, y la viuda cobró los 200 mil pesos del seguro. "¡Pobre marido mío! -suspira al recibir el cheque-. ¡Tan bueno que era! ¡Daría la mitad de este dinero porque no hubiera muerto!"... En la clase de Español la maestra le dice a Pepito: "En esta oración: ?Ella está gozando?, ¿cuál es el sujeto?". Responde sin vacilar Pepito: "¡El que está arriba de ella!"... FIN.
