Astatrasio Garrajarra llegó bien borracho a su casa, y ya de madrugada. "¡Ábreme la puerta!" -le grita a su señora, que la había cerrado con llave. "¡No te abro!" -le contesta ella, furiosa. "¡Te digo que me abras!" -insiste el briago. "No te abro" -vuelve a negar, terminante, la mujer-. "¡Ábreme! -exige otra vez el tipo-. ¡Mira que vengo de genio!". "-Está bien -contesta la mujer sonriendo al tiempo que abría la puerta y se bajaba con coquetería el escote del vaporoso negligé-. Pero si vienes de genio tendrás que cumplirme tres deseos"... Iba por la calle una estupenda chica de exuberantes curvas. "¡Qué cuerpo! ?le dice un tipo al pasar-. ¡Como para hacer menudo!". "-¡Majadero! -exclama indignada la linda muchacha-. ¡El menudo se hace con carne de res!?. "No, preciosa -aclara el tipo-. ¡Como para hacerme nudo yo contigo!"... Alguna vez tendrá que escribirse la historia de los graves daños causados al país por quienes se han erigido en salvadores de los pobres. A los pobres se les salva educándolos para el trabajo y dándoles libertad para que trabajen sin estorbos. Aquí el Estado se esforzó en que los pobres dependieran de él, tanto en el campo como en las ciudades. El partido oficial hizo de los pobres una clientela que necesitaba para mantenerse en el poder. En los obreros y los campesinos, y en un tercer sector difuso llamado ?popular? fincó su predominio y fuerza. Siete décadas hubieron de pasar para que se evidenciaran los malos efectos de esa política viciosa que hizo de los campesinos y de los trabajadores urbanos unos menores de edad o incapaces necesitados de tutela. El éxodo de mexicanos hacia Estados Unidos es sólo una de las tristes consecuencias de aquel paternalismo, de aquel estatismo pernicioso que ahora amenaza revivir en nombre de la justicia social para los pobres. Lo que necesita este país es menos gobierno, más libertad individual, y las reformas necesarias para que esa libertad pueda rendir frutos... ?¿Cuánto pretende usted ganar?? ?le pregunta el ejecutivo a la curvilínea rubia que solicitaba el puesto de secretaria. ?Mil 500 pesos por semana? ?responde ella. ?Con placer? ?acepta el ejecutivo. ?Con placer serán 2 mil pesos por semana? ?aclara la muchacha... Le dice el médico al enfermo: ?Siento mucho darle esta noticia. Le quedan a usted solamente seis meses de vida?. ?¡Santo Cielo! ?exclama el paciente, desolado-. ¿Qué puedo hacer, doctor??. ?-Dígame -pregunta el médico-. ¿Fuma usted??. ?Tres cajetillas diarias?. ?¿Y bebe?. ?Todos los días?. ?¿Y se desvela con amigos??. ?Todas las noches?. ?¿Y sale con mujeres??. ?Siempre que se puede?. ?Muy bien ?concluye el médico-. A partir de ahora, nada de cigarros, nada de vino, nada de parrandas, nada de mujeres?. Pregunta el paciente, esperanzado: ?¿Y así viviré más tiempo??. ?-No -le contesta el médico-. Pero se le va a hacer más largo? ... Una señora estaba haciendo fila frente al departamento de carnes en el supermercado cuando un grosero individuo se le adelantó y pidió un kilo de carne para perro. Luego se vuelve hacia la señora y le dice: ?Espero que no le importe que me haya adelantado, señora?. ?De ninguna manera, -responde la mujer-. Seguramente su mamá tiene mucha hambre?... Y para terminar he aquí el deplorable chascarrillo del borrachín que le preguntó a su compadre: ?¿Cómo le gustan a usted las mujeres, compadrito: jóvenes o viejas??. Responde el otro: ?Jóvenes, compadre?. ?¿Y le gustan gordas o esbeltas??. ?Esbeltitas, compadre?. ?¿Y le gustan feas o bonitas??. ?Bonitas, claro?. ?¡Entonces, caón compadre ?estalla el señor-, ¿por qué anda usted atrás de mi mujer, que es cincuentona, gorda y fea?!?... FIN.