Alguien le dijo a un argentino: "Cuando perdieron ustedes la Guerra de las Malvinas...". "¡Momento, che pibe! -lo interrumpe el porteño-. No perdimos: quedamos subcampeones"... Dulcilí le pregunta a Susiflor: "¿Crees en el amor eterno?". "Claro que sí -responde la avispada chica-. He tenido 14 ó 15 de esos"... La maestra les explicó a los niños lo que son los antónimos, palabras que expresan ideas opuestas o contrarias: bueno y malo; feo y bonito; poco y mucho... Luego pidió a los pequeños que dijeran ejemplos de antónimos. Pepito, como siempre, fue el primero en levantar la mano. "Paracaídas y condón" -propuso. La maestra se azaró. Le pregunta al tremebundo crío: "¿Por qué piensas que esos dos términos son antónimos?". Explica Pepito: "Si falla un paracaídas muere un hombre. Si falla un condón nace otro"... Un individuo de madura edad fue a consulta con el médico. El hombre presentaba un severo cuadro de extenuación y agotamiento. Después de interrogarlo el facultativo descubrió un dato muy revelador: pese a sus muchos años el sujeto hacía el amor todos los días. "Ésa es la causa de su debilidad -le indica-. Debería usted descansar por lo menos un día de la semana; digamos, el domingo". "Imposible, doctor -opone el hombre-. Ése es el día que le toca a mi esposa"... Se encontraron dos amigas. Una iba toda de negro hasta los pies vestida. Le dice la otra: "Te veo muy flaca". Responde la del luctuoso atuendo: "Es que el negro me adelgaza mucho". Sugiere la amiga: "Pues cámbialo por un blanco; ese negro te va a sacar la vida"... Ms. Grandbuttocks, nueva rica, no hallaba cómo hacer para que las señoras del club repararan en el abrigo de piel que había comprado. Empieza a contar con melodramatismo: "Anoche tuve una horrible pesadilla. Soñé que me atacaban los animales con cuya piel se hizo este abrigo". "Extraño sueño -comenta Ms. Highbrow, una de las socias-. Los conejos suelen ser animales muy mansitos"... A la hora del café don Algón, jefe de la oficina, entró en el cuarto del archivo y vio ahí a su linda secretaria Rosibel engastonada en trance de lujuria con el joven ayudante de cajero. "¿Qué significa esto?" -profiere el ejecutivo, que por haber tomado un curso de Filosofía en la preparatoria gustaba de inquirir las causas últimas de los fenómenos. "Jefe -le dice Rosibel-. Ni a él ni a mí nos gusta el café"... Aquella fiera mujer oprimía a su marido. El pobre hombre debía hacer las faenas de la casa: fregar los pisos, lavar los trastos, planchar la ropa, todo. Un día la señora dio a luz una niña. "Yo quería que fuera niño -se duele el lacerado esposo-. Así, al paso de los años podría ayudarme en las tareas domésticas"... Afrodisio, galán concupiscente, invitó a la ingenua Dulcilí a tomar una copa. Ella propuso que mejor fueran a un cafecito. Ya en la mesa Dulcilí pidió una dona. Dice Afrodisio con meliflua voz: "Esto me recuerda que hay algo que quiero pedirte". (No le entendí)... Un turista inglés viajaba por el estado de Texas. En Houston sintió amagos de gripe, y fue a la farmacia en busca de una aspirina. El dependiente fue a la trastienda y regresó con una enorme rueda blanca. La traía rodando, como se hace con las llantas. "¿Qué es eso?" -inquiere el súbdito de Su Majestad británica. Responde el encargado: "Es la aspirina que usted solicitó. En Texas todo es muy grande; aquí las aspirinas son de este tamaño". "Ya veo -responde con flema el inglés-. Mire: también le iba a pedir un supositorio, pero creo que mejor esperaré a comprarlo en Londres"... FIN.