Don Algón, ejecutivo de una compañía, le contó a su socio: "Invité a salir a Rosibel, la secretaria. La llevé a cenar, luego a tomar una copa, después a una disco... ¿Y sabes lo que me dijo cuando le pedí que fuéramos a un lugar más íntimo?". Responde el otro: "No". ?¿Cómo supiste? ?se asombra don Algón-. ¿Qué tú también ya la invitaste??... El ricachón y más que maduro señor le pregunta a la chica de exuberantes atractivos: "Perdone, señorita: ¿le gusta a usted la primavera?". "Sí me gusta" -contesta la muchacha. "¡Qué bueno! -se alegra el carcamal-. ¡Yo tengo ochenta!"... El papá de Pepito se disponía a reprenderlo con severidad porque había hecho una travesura, pero se detuvo al ver que delante del pequeño estaba el tremendo perro doberman del chiquillo en actitud amenazante. Le ordena a su hijo: "Haz que se vaya el perro". "-No ?replica Pepito-. Todo acusado tiene derecho a un defensor"... Un señor se escandalizó al saber que su hija había hecho de ?aventón", con traileros, todo el viaje desde Nueva York hasta San Diego. "¡Qué locura! -le dice indignado-. ¿No pensaste que esos hombres podían abusar de ti en el camino?". ?Tomé mis precauciones, papi -contesta la muchacha-. A todos los que me levantaron les dije que venía a San Diego porque aquí está la mejor clínica del mundo para tratar el Sida"... ¿Crisis en México? ¿Quién lo dice? Muchos que se disponen a viajar a Estados Unidos, Europa, Asia o América del Sur se encuentran con la novedad de que ya están agotados los boletos de avión. En vacaciones los mexicanos viajan como ricos, y sólo por concepto de transporte gastan miles de millones de pesos. ?Después de mí, el Diluvio?, dicen algunos. Y dilapidan incluso lo que no tienen. ¿Ahorro? ¡Quién piensa en eso! Hay que ir a donde fue el vecino; hay que comprar lo que compró el pariente; hay que estar donde han estado los demás. Desde luego esa actitud no es privativa de los mexicanos; parece corresponder a la naturaleza humana. ?Keep up with the Joneses?, dicen los norteamericanos. Sin embargo bien se podría asegurar que nosotros, los mexicanos, vivimos a la mexicana porque siempre vivimos a la mexicana... Salta del lecho la ancianita y metiéndose en el ropero le dice con tono perentorio al hombre que la acompañaba: ?¡Rápido, Pitoncio! ¡Ponte la máscara de lobo! ¡Ahí viene Caperucita!?... Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, llegó a la tienda de departamentos. "Perdone, señor gerente ?pregunta al encargado-. ¿Hoy es esa ?Venta de los Empleados? que anuncian en el periódico??. "En efecto -responde el gerente-. Hoy empieza". Dice tímidamente la señorita Sinpitier: ?Entonces quiero comprar al empleado que está allá, aquel moreno de ojos verdes"... Decía un hombre joven: ?Mi filosofía de la vida consiste en ser austero. Todo lo que necesito es un pequeño cuarto, y en él un lecho donde reclinar la cabeza. Y donde reclinar también a alguna amiguita?... En la ganadería de reses bravas le dice un toro a otro: "No entiendo a esa vaca. Le gusta más el futbol que los toros"... El cowboy y la mujer casada estaban en íntimo coloquio. De pronto ella le pregunta: "¿Verdad. Shanelo, que siempre has dicho que te gustaría morir con las botas puestas?". "Así es" -responde el rudo vaquero. "Pues póntelas aprisa ?sugiere ella-. Ahí viene mi marido"... Hacía poco tiempo se había casado aquel muchacho. Un día llegó a su casa antes de la hora acostumbrada y encontró a su todavía flamante mujercita en compañía de un desconocido. ?¿Qué es esto, Rosilí?? ?le pregunta con tono desolado. Responde ella muy seria: ?Astolio: recuerda que hace una semana te dije que muy pronto seríamos tres?... FIN.
