Una madre llevó a su hija con el ginecólogo. Después de examinar a la muchacha el facultativo le informa a la mamá: ?Señora, su hija trae una ligera enfermedad venérea?. ?¡San Acisclo! ?exclama la mujer, que en los apuros solía invocar al santo del día-. Dígame, doctor: ¿es posible que mi hija haya adquirido esa enfermedad en un lavatorio público??. ?Sí es posible ?responde el galeno-. Incómodo, pero posible?... La niñita le pregunta a su papá: ?Papi, ¿qué significa la palabra ?colega???. ?Un colega ?explica el señor- es alguien que hace lo mismo que tú?. ?Entonces ?inquiere la pequeña- el vecino de al lado ¿es tu colega??. ?-No, -responde el padre-. Tenemos distintas profesiones. ¿Por qué piensas que somos colegas??. Responde la niñita: ?Porque cada vez que sales de viaje él hace con mi mami lo mismo que haces tú?... El rico caballero llegó al departamento de la frívola muchacha. Ella lo recibió envuelta en una toalla. ?¡Caray, don Crésido! ?le dice-. Hoy llega usted muy temprano. ¡Apenas me estaba disponiendo a asear el negocio!?... El palomo y la paloma hicieron una cita amorosa. Acordaron encontrarse a las 5 de la tarde en la cornisa del piso 88 del Empire State. La paloma llegó puntualmen-te, pero el palomo no hizo su aparición sino hasta dos horas después. ?¿Qué te pasó? ?le pregunta alarmada la paloma-. ¿Por qué llegas tan tarde??. Responde el palomo: ?La tarde estaba tan bonita que decidí venir caminando?... En la fiesta uno de los invitados se dirige a la guapa muchacha y le dice de buenas a primeras: ?Perdone, señorita: ¿posaría usted desnuda para mí??. ?No? ?responde ella-. ?¿Por qué no?? ?quiere saber el tipo. ?Porque no soy modelo? ?replica la muchacha. ?Eso no importa ?dice el tipo-. Yo tampoco soy pintor?... Nada me extraña el fracaso de la subasta en que salieron a la venta vestidos de la Primera Dama. ¿Quién quiere comprar ropita usada? Además para nadie sería timbre de honor portar la prenda que ayer ella portó. Cosa muy diferente es que una señora de sociedad diga: ?El vestido que llevo perteneció a Lady D. Lo compré en Christie´s?, a que diga: ?El vestido que llevo perteneció a Martita Fox. Lo compré en la Colonia Roma?. Pensó demasiado de sí la señora Marta cuando ofreció su vestimenta como atractivo para obtener recursos. Quien concibió la peregrina idea de subastar la ropa de la Primera Dama merece un premio a la tontería nacional. No sólo no se logró ?el noble fin que se persigue?: además se hizo ver mal a la donante, cuyo gesto al estilo Eva Perón naufragó en la indiferencia general. Así será en delante: los aires de doña Marta se volverán desaires... Muy enojada la muchacha le pidió a su galán que le quitara la mano del opulento busto, muelle lugar donde el tipo atrevidamente la había colocado. ?Pero, Bustolia ?se justifica él-. Te dije que quería hablarte con la mano puesta sobre el corazón. No dije si sobre el mío o sobre el tuyo?... Ovonio Grandbolier, marido desobligado, llevaba una semana sin entregar el gasto de la casa. Le dice a su mujer: ?Ve al súper y tráeme un kilo de jamón serrano y unas latitas de caviar?. Clama desesperada la mujer: ?¿Cómo puedo hacer eso??. Responde Ovonio: ?Procurando que no te vean?... Le dice una chica a otra: ?¿Te enteraste? Susiflor se casó con un señor de edad madura, y tiene seis meses esperando?. ?¿Cómo?? ?se asombra la otra. ?Sí ?confirma la primera-. Esperando que le haga el amor?... En la habitación donde pasarían la noche de bodas la joven recién casada se dispuso a acostarse en presencia de su ansioso maridito. Antes de entrar en el tálamo nupcial ella se quitó la peluca que traía, y se quitó también un ojo de vidrio, la dentadura postiza y sendos rellenos de borra o gutapercha que llevaba en la parte trasera y la anterior. Al ver todo aquello el decepcionado novio exclama con desilusión: ?¡Caray, Falcidia! ¿No tienes algo natural??. ?Sí, -responde ella-. Un hijo?... FIN.