El joven matrimonio escogió un insólito lugar de su casa para hacer el amor: la cocina. Terminó el urente trance y el maridito quedó tendido, exhausto, sobre la mesa. "¿Lo ves? -exclama con victorioso acento la rozagante chica dirigiéndose al exánime galán-. ¡Y dice tu mamá que no soy buena en la cocina!"... Por una de esas sinrazones que abundan en la vida pública Babalucas fue nombrado alcaide de la prisión local. El primer día de su encargo llega corriendo un celador y le dice con alarma: "¡Señor, se escapó un preso!". "¿Y qué? -responde calmosamente el badulaque-. Adentro tenemos más ¿no?"... Calab Rotte, rudo marinero, casó con Pirulina, avispada muchacha pizpireta. Le dijo a la desposada: "Si alguna vez me engañas te arrojaré al mar". Al día siguiente Calab vio a su mujercita con el directorio telefónico en la mano. Buscaba en la sección amarilla las páginas correspondientes a "Escuelas de natación"... El barbero iba a afeitar al parroquiano. Asentó en la badana la navaja de rasurar, larga y afiladísima, y se dispuso a comenzar la rapa. Antes, sin embargo, entabló conversación con su cliente, según inveterada costumbre de los fígaros. Le dice al señor: "Yo nunca pensé dedicarme a este oficio. Mi vocación era ser médico cirujano". "¿Y por qué no hizo la carrera, maistro?" -pregunta el cliente. "No -responde el barbero al tiempo que esgrimía la amenazante y filosa hoja-. Para ser cirujano se necesita tener buen pulso"... La maestra del jardín de niños oyó de pronto un estrepitoso llanto y fue corriendo al patio de juegos a ver qué había pasado. Encontró a dos pequeños llorando. Pepito estaba entre ellos. "¿Qué sucedió, Pepito?" -le pregunta. Relata el chiquillo: "Juanito trajo una manzana. Toñito se la quitó. Entonces Juanito le dio a Toñito una patada en el estómago". "Tendré que llevarlos con la directora" -dice la maestra. "Vamos" -dice Pepito con determinación. Pregunta la profesora: "¿Y dónde está la manzana?". Contesta el tremendo niño: "La tengo yo y me la voy a comer. Soy el abogado de Juanito"... Llegó la señora a su casa y encontró en la recámara a su esposo en compañía de una despampanante rubia. "¿Quién es esta mujer?" -pregunta hecha una furia. Responde con cachaza el individuo: "Dijiste que ibas a redecorar la alcoba. Cada quien tiene su idea de la decoración"... Rob y Nson, náufragos, llevaban ya cinco años en una isla desierta. Cierto día vieron que una balsa se acercaba. Corrieron a la playa. Quien venía en la frágil embarcación era una hermosísima morena. La mira Nson y dice con angustia a su compañero: "¡Rob, prométeme que esa mujer no se va a interponer entre nosotros!"... Minucio, enclenque joven pobremente dotado por la naturaleza, casó con Amplicia, mujer de exuberantes formas. Al empezar la noche de bodas le dice él: "No tengas ningún temor, mi vida. Procederé con delicadeza; seré muy tierno, para no hacerte daño". "Aviéntate sin cuidado -le contesta con determinación Amplicia ofreciéndose al trance conyugal-. ¿Qué daño puedes hacerme tú con eso?"... Don Cornulio llegó a su casa. Su esposa se le puso atrás y le tapó los ojos. "¿Quién soy?" -le pregunta traviesamente. Responde don Cornulio con impaciencia: "¿Quién más puede ser que tú, Facilisa? ¿Por qué siempre me recibes con el mismo jueguito tonto?". Mientras eso decía don Cornulio el amigo de turno de la doña se escurría con las ropas en las manos hacia la puerta de la casa... De espaldas sobre el suelo la agotada mujer de la Edad de Piedra le dice a su fogoso e insaciable hombre de las cavernas, que no cesaba sus eróticas acometidas: "¡Ay, Troglo, no porque todavía no haya tele quieras estar todo el día a duro y dale!"... FIN.