Celiberia Sinvarón, madura señorita soltera, estaba soñando. En el sueño vio que de pronto se abría la puerta de su cuarto y entraba un hombre joven, alto, robusto y guapísimo. "¡Cielos! -exclama dentro del sueño Celiberia-. ¿Qué me va usted a hacer? ¿Me va a violar? ¿Me va a matar?". En ese momento, aún soñando, la señorita Celiberia escuchó su propia voz que le decía: "¡Pos tú escoge, indeja! ¡Es tu sueño!?... En la mesa del café un músico estudiaba la partitura de cierta complicada obra atonal. Tan concentrado estaba en el estudio que al sentir ganas de ir al pipisrúm llevó la partitura consigo y la siguió leyendo mientras hacía lo que debía hacer. El tipo que estaba al lado ve aquello y le pregunta muy intrigado: "Perdone la curiosidad, maestro. ¿No sabe usted mear lírico?"... En la azotea le dice el gato con vehemencia a la voluptuosa y seductora gatita: "¡Por ti sería capaz de dar la vida!". "¿Ah sí? -pregunta la gatita entornando los ojos-. ¿Cuántas veces?"... En la noche de bodas le sugiere la recién casada a su nervioso y apresurado maridito: "La cosa sería mejor, Inepcio, si los dos estuviéramos abajo de la sábana, y no nada más yo"... Parados de cabeza, como si hicieran un ejercicio de yoga, un hombre y su esposa estaban en una taquería. Exclama ella muy enojada: "¡Ésta es la última vez, Gurulio, que acepto tu invitación a comer tacos de cabeza!"... El tímido galán llevó a la muchacha, caminando, a comer una hamburguesa. Después la invitó a mirar los aparadores de las tiendas, y por último la condujo de regreso a su casa. Ya para despedirse le pidió con temblorosa voz: "Loretela: ¿me permites que te robe un beso?". "Uh, -responde ella desdeñosa-. ¡Hasta para robar eres poquitero!"... La doncella india le propinó una fuerte bofetada al bravo guerrero. "¡Saca la mano de ahí, Ciervo Veloz! -le dice-. Es cierto que me llamo ?Cascos Ligeros? pero no lo soy"... Don Poseidón, granjero acomodado, jamás había asistido a un juego de beisbol. Un amigo lo invitó al juego final de la temporada, en que el equipo de casa disputaba el gallardete. Uno de los jugadores locales bateó un hit y arrancó a correr velozmente "¿Por qué corre así?" -pregunta don Poseidón. "Trata de llegar a segunda base -le explica su amigo-. Eso es muy bueno para nuestro equipo". "¡Fenómeno!" ?se alegra don Poseidón. Llega el siguiente bateador. El pitcher, en busca del doble play, le da la base por bolas. El pelotero deja el bate y trotando con lentitud se dirige a la almohadilla. "¿Por qué va tan despacito?" -pregunta con extrañeza don Poseidón. "Es que tiene cuatro bolas" -le dice el amigo. Y exclama con asombro el vejancón: "¡Fenómeno!"... Dos compadres estaban platicando: "Tuve un problema con mi esposa -dice uno-. Me pidió mil pesos, y se los negué. Entonces ella me dijo que si no se los daba saldría a la calle a conseguir con hombres ese dinero. Yo me indigné tanto que le cerré la puerta de la calle. A las tres horas ella volvió con los mil pesos". "¡Ah qué mi comadre tan mañosa! -dice el otro-. Le está haciendo creer cosas que no son. ¡Mire que llegarle de la calle con mil pesos! ¡Nomás yo le pagué dos mil!"... FIN.
