La señora que en el pueblo tenía fama de casquivana estaba grave en su lecho de hospital. Toma la mano de su marido y le dice con voz acongojada: ?-¿Ay, viejo! ¡Si no salgo, de ésta, perdóname todas las que te hice!?. ?-Sí, Burcelaga ?responde el marido-. Todo te lo perdono?. ?-Pero si salgo ?sigue diciendo ella- perdóname todas las que te voy a hacer!?... En la clase de catecismo pregunta el señor cura: ?-A ver, Pepito, dime ¿quién fue la madre de Moisés??. ?-La hija del Faraón? ?responde sin vacilar Pepito-. ?-Te equivocas ?dice el padre-. La hija del Faraón se lo encontró flotando en una canasta sobre el Nilo?. ?-Bueno ?contesta Pepito con una sonrisa-, eso es lo que ella les dijo a sus papás?... La guapa, curvilínea, exuberante morenaza, visita al médico en su consultorio. ?-Le voy a hacer un chequeo? ?le dice el doctor-. ?-Está bien, doctor ?acepta la muchacha-. Pero si es como el chequeo de la vez pasada, entonces tendrá que hacerme un cheque?..."Esto no se acaba hasta que se acaba". La conocida frase de Yogi Berra acerca de los partidos de beisbol puede aplicarse también a ese que es el juego de todos los juegos: la política. Tampoco un proceso electoral se acaba sino hasta que se acaba. Lo que hoy es, quizá mañana no será, y lo que ayer fue puede volver a ser. Lo digo por la reciente encuesta según la cual Madrazo ha descendido a un incómodo tercer lugar en la actual preferencia de los electores, superado un poco por Santiago Creel y un mucho por López Obrador. Tampoco esas posiciones deben darse por seguras, pues ni siquiera empieza aún la campaña presidencial, y éstos son solamente prolegómenos de lo que luego se verá. Con harto pesimismo he dicho que veo ya a AMLO sentado en la silla presidencial. Vaticinar tal cosa, me dicen algunos de mis cuatro lectores, equivale a adelantar las vísperas, y más cuando se advierte esa movilidad en las encuestas. Digamos pues, entonces, que la moneda está en el aire. Si no la agarran Bejarano o Ponce puede marcar resultados muy diferentes a los que hoy los arúspices agoran. En esto, como en todo, lo más seguro es repetir aquello de: "Pue? que sí; pue? que no; pue? que quién sabe"... Entretanto recordemos el caso del señor que preguntó por el precio de una periquita en una tienda de animales: ?-Diez mil pesos? ?le informa el vendedor-. ?-¿Por qué tanto?? ?se sorprende el señor-. ?Es que es muy rara ?le contesta el hombre-. Sabe decir muchas maldiciones, y además pone huevos cuadrados?. El comprador, pensando que sería divertido oír las maldiciones de la cotorrita, la adquiere. Pero pasa una semana sin que la periquita diga una sola profanidad. Va el señor a la tienda. ?-Oiga -reclama al encargado-. Usted me dijo que la perica que le compré dice muchas maldiciones, y no ha dicho ninguna?. ?-Espérese a que ponga el huevo?... En vísperas de su boda dice la chica a su novio: ?-Medardo, no quiero ir al altar sin confesarte un secreto: antes de conocerte a ti, fui de Alberto, de Antonio, de Arturo, de Aníbal, de Armando, de Aldegundo, de Aquiles, de Anselmo, de Alejandro y de Antero?. ?-¡Dios santo! ?exclama el muchacho consternado-. ¡Qué revelación más espantosa!?. ?-Por favor no me interrumpas. Medardo ?se molesta la muchacha-. ¿No ves que apenas voy en la A?... FIN.