Se puede engañar a todo el pueblo una parte del tiempo. Se puede también engañar a una parte del pueblo todo el tiempo. Lo que no se puede es llegar a un acuerdo con la Pía Sociedad de Sociedades Pías, agrupación encargada de velar por la moral. Reza una conocida máxima: "Hablando se entiende la gente". Sería prudente atemperar los términos de esa afirmación tan general y decir más bien: "Hablando se entiende alguna gente". En efecto, sólo la que es capaz de ceder y conciliar puede llegar a acuerdos. "Más se saca de un burro rebuznando que de un necio negando", decían los escolásticos. Todo este largo y puntilloso exordio viene a colación porque doña Tebaida Tridua, presidenta de la Pía Sociedad, negó de plano su permiso para sacar aquí "El Chiste más Rojo en lo que Va del Año". Lejos de mí la temeraria idea de aplicar a la ilustre dama el asinino refrán que arriba puse. Lo cierto, sin embargo, es que con ella no es posible llegar a ninguna transacción. Para doña Tebaida lo negro es negro -ni siquiera afroamericano- y lo blanco es blanco, sin que haya entre esos dos extremos ningún matiz o tono. En vista de su irreducible posición me veo en la presura de saltarme a la jineta su terminante veto, pero para mostrar que siempre tuve ánimo conciliatiorio moderaré los términos originales del relato. Supla mis eufemismos quien lo lea, a fin de que la historia no pierda la fuerza que tiene en la expresión oral. Mis cuatro lectores encontrarán al final de esta columnejilla "El Chiste más Rojo en lo que Va del Año". Antes daré salida a otros más lenes chascarrillos... Sonó el teléfono, y el señor de la casa contestó. Era su esposa la que hablaba. Le dice la señora, jubilosa: "¡Acabo de ganarme un millón de pesos en las maquinitas! ¡Haz tu maleta, rápido!". "¿Qué pongo en ella? -se emociona el marido-. ¿Ropa de playa o de ciudad?". "De lo que quieras -replica ella-. Lo que importa es que no te encuentre yo en la casa ahora que regrese"... El encargado de la beneficencia le pregunta a la mujer que pedía ayuda: "¿Y por qué tuvo usted 18 hijos?". Contesta ella: "Es que me gusta mucho mi viejo". "Señora -le dice el encargado-. A mí también me gusta mucho mi sombrero, pero de vez en cuando me lo quito de encima"... Con notoria ventaja sobre sus eventuales adversarios participa López Obrador en la carrera por la Presidencia. Ni siquiera ha tenido que afrontar una contienda interna en su partido: mientras los aspirantes del PRI y el PAN deben ganarse la postulación, AMLO ya lleva la suya en el bolsillo sin siquiera despeinarse, como se dice en el argot boxístico de quien no tuvo que esforzarse en la pelea. El recorrido que hace por el país, supuestamente en busca de la candidatura, es ya una verdadera campaña presidencial. Entre simulaciones y disimulaciones sigue avanzando López Obrador en su camino hacia el poder... Ahora he aquí ?El Chiste más Rojo en lo que Va del Año?... Don Agresto, anciano campesino, caminaba con su pequeño nieto por la orilla del arroyo. Unas garridas mozas se bañaban en las frescas y cristalinas aguas del regato. Tanto el abuelo como el muchachillo pudieron ver a su talante los cuerpos de las jóvenes zagalas, ebúrneos unos, otros con el color de la canela, pero todos hermosos y torneados. Poco después, retirados ya del sitio, al viejecito le vino en gana desahogar una necesidad menor. Lo ve su netezuelo en tal labor y le dice: "Abuelo: se está usted mojando los zapatos". "¡Caramba! -exclama con extasiado asombro el ancianito-. ¡Debo estar excitado, porque lo que me mojo siempre es la entrepierna!"... FIN.