Mi hija no tiene la menor oportunidad de casarse alguna vez -decía con tristeza un granjero a otro. Es horriblemente fea. La ves y haz de cuenta que estás viendo a una vaca" "-¿Qué clase de vaca?" -pregunta el otro-. "-Cebú" -dice el granjero-. "-Qué lástima -se compadece el otro-. "Si pareciera Charolais a lo mejor tendría más oportunidad?... El siquiatra pregunta a su paciente: "-Y dígame, señor Barrizosa; ese sentimiento de ser usted un insecto ¿surgió de repente, o le sobrevino naturalmente con el matrimonio?"... El blanco, dulce y tierno conejito iba por el campo buscando una cuevita para hacer ahí su casita. Se desesperaba el pobre conejito porque no hallaba ni una. Todas estaban ocupadas ya: en una estaba el búho, en otra estaba la liebre, en otra estaba la ardilla, y así. Por fin llegó a una cueva que parecía estar sola. Lo que no sabía el conejito es que adentro estaba el terrible lobo feroz. El conejito se para en la puerta de la cueva y pregunta: "-Cuevita, cuevita, ¿estás solita?". El lobo oye aquello y responde desde adentro: "-Sí, conejito bonito estoy solita, pásale". "-Pues si estás solita, cuevita -dice el conejito-, tizna a tu madre, porque las cuevas no hablan"... El niñito lloraba desconsoladamente. "-¡Se murió mi tortuguita!" -decía entre lágrimas-. "-Vamos, vamos -lo consuela su papá-, ya no llores. Ahorita la ponemos en una cajita, la enterramos en el jardín, y luego te voy a llevar al circo, después a la tienda a comprarte el juguete que quieras y luego a que te comas un helado gigante. ¿Qué te parece?". El niño va a contestar cuando en ese momento la tortuguita saca la cabeza de su concha y echa a caminar. "-¡Vaya! -se alegra el papá-. ¿Ya ves? ¡La tortuguita no estaba muerta!". "-¿Puedo matarla?". -pregunta el muchachito-... He dejado por completo el cigarro -dice un vagabundo a otro-. -Me hacía un daño tremendo a los riñones". "-Oye -se sorprende el otro-. yo había oído que el cigarro hace daño a los pulmones, al corazón, pero no a los riñones". "-Cómo no -responde el vagabundo-. Ya los tenía adoloridos de tanto agacharme a recoger colillas"... El agente vendedor dice a la guapísima señora que le ha abierto la puerta: ¿Está su marido en casa, señora". "-No está -dice ella-. Se encuentra de viaje". "-¿Cuándo regresa?" -pregunta el vendedor-. "-Tardará más de un mes en volver" -responde la señora-. "-Y dice el vendedor: "-¿Puedo pasar a esperarlo?"... Les platicaba un día Babalucas a sus amigos: "-Se me quedaron las llaves adentro del coche. Me conseguí un alambre, lo metí con muchos trabajos por arriba de la ventana y después de cuatro horas logré estirar el seguro y abrir la puerta". "-Por lo que se -dice uno- batallaste mucho-. "-Sí -responde Babalucas-. Y hubiera batallado más si mi señora no hubiera estado adentro del coche guiándome los movimientos"... Llega un tipo al trabajo y todos se le quedan viendo. Traía el pelo hecho una desgracia: tijeretazos por aquí; mechones parados por allá; partes rapadas; una patilla más larga que la otra. "-¿Qué te pasó, Tusino?" -le pregunta alguien-. "-Sería muy largo de contar -responde el tipo-. Pero un consejo sí les doy: jamás discutan de política con un peluquero"... El señor andaba viajando cuando su esposa da a luz al primer hijo de ambos. Toma el teléfono la joven madre y dice a su marido: "-¡Ya me alivié, Ferdinando! ¿Tenemos una criatura preciosa!". "-¿De qué sexo?. -pregunta ansiosamente el flamante padre-. Y responde con disgusto la muchacha: "-¡Sexo, sexo! ¡Tú no piensas en otra cosa!"... FIN.
