Pimp y Nela -gigoló él, mujer ella de las que hacen comercio con su cuerpo- se asociaron para fundar un lenocinio, casa de asignación, prostíbulo, mancebía o lupanar. Como no disponían de mucho capital acordaron cubrir entre los dos las diversas funciones de la casa; él la haría de cantinero, mesero, guardia y encargado de relaciones con las autoridades y los medios de comunicación. Ella, por su parte, se ocuparía de la atención directa a los clientes. Todo iba muy bien, y aun diría yo que el negocio marchaba viento en popa si no es porque a Nela le parece que esa expresión se presta a malas interpretaciones. Cierta noche, sin embargo, llegó un cliente que padecía un tic: guiñaba de continuo el ojo derecho. Lo recibió Nela, y el cliente le dijo: "Quiero una mujer". Pero al decir eso guiñó el ojo. Nela, que no sabía lo del tic, va hacia donde estaba Pimp y le dice en voz baja: "Querido, no podemos dejar ir a ese cliente. Creo que en esta ocasión tendrás que añadir a tus funciones una más"... Todo indica que en la próxima elección presidencial veremos un partido sin candidato y un candidato sin partido. El partido sin candidato será el PRI. Cuenta con estructura en toda la República; gobierna en la mayor parte de los estados y municipio del País; pero lamentablemente todo ese aparato quedará al servicio de un candidato malo, Roberto Madrazo, cuyo nombre la inmensa mayoría de los mexicanos asocia con las peores lacras de la mala política al viejo estilo priista. El candidato sin partido es, claro, López Obrador. En efecto, el PRD, aunque domina el Distrito Federal y tiene fuerza en otros puntos del País, carece de presencia real en la mayor parte de las entidades, y aun en algunas de ellas es casi inexistente. Por eso AMLO está siguiendo el mismo esquema que usó Fox, y crea agrupaciones de ciudadanos que, sin relación con el partido, trabajan en pro del candidato. Esa táctica, con la fuerza personal de López Obrador, está dando resultado: advierto que la figura del tabasqueño se va posicionando cada vez más. Añado a ese considerando una digresión de puro carácter especulativo. Había en mi ciudad una viejita que al confesarse le decía llena de compunción al sacerdote: "Me acuso, padre, de que levanto falsos testimonios que luego salen ciertos". Lejos de mí la temeraria idea de levantar un falso testimonio que después salga verdadero. Creo, sin embargo, que no será difícil que López Obrador suscriba esa carta a Santa Claus que algunos llaman ya "El Acuerdo Slim". Tal acción, posiblemente ya convenida, daría a la candidatura de AMLO visos de institucionalidad y la haría menos peligrosa a los ojos de quienes miran con recelo la figura del astuto y socarrón político. Si tal fuera -y no digo que así lo es- el magnate estaría haciendo la función que cumplió Juan el Bautista: la de allanar el camino del Señor. No es poca tentación esa de tener uno su propio Presidente... Babalucas era parte de una brigada de vacunación rural. Le dice una linda campesina de bien torneados brazos: "Póngame la vacuna donde no se vea". "Está bien -contesta el tonto roque bajando la voz-. Vamos atrás de aquel árbol"... Un reportero le dice a otro: "El diputado Chamberio lleva ya una hora y media hablando". "¿De qué?" -pregunta el otro. Responde el primero: "Todavía no lo ha dicho"... El marido observó que su mujer se había comprado unos brassiéres de lujo. "¿Para qué los compras tan caros? -le pregunta con acritud-. No tienes mucho qué poner en ellos". Replica ella: "Con ese razonamiento tú no necesitarías calzones"... FIN.