El señor llama al mesero del elegante restorán y le reclama con enojo: "¡Oiga! ¡Esta carne tiene muchos nervios!". "Comprenda usted, caballero -responde el individuo-. Es la primera vez que se la van a comer"... Doña Uglilia Vetaria, mujer poco agraciada y remetida en años, hacía un trámite oficial, y le entregó al empleado una credencial de identificación. La mira el funcionario y dice: "Permítame felicitarla, señora. Casi todas las damas ponen en sus credenciales una foto de hace bastantes años. Usted es la primera que pone una fotografía actual". "No es mi fotografía -masculla ásperamente doña Uglilia-. Está usted viendo mi huella digital"... Una linda muchacha de turgente busto y munífico derriére llegó con el hombre que hacía los tatuajes y le pidió que le tatuara un corazoncito en una pompis y otro en su ebúrnea comarca galactífera. "Está bien -acepta el tatuador-. Pero tendrá usted que pagarme por adelantado". "¿Por qué?" -se amostaza la muchacha. Explica el artista: "Porque la última vez que le hice un trabajo igual a una belleza como usted me encendí y exalté de tal manera que al final se me olvidó cobrarle"... Himenia Camafría, madura señorita soltera, fue a Acapulco, y ahí presentó una demanda por crueldad mental contra el hotel donde se había alojado. "El cuarto que me asignaron -aducía en su escrito- estaba entre dos habitaciones en las cuales pasaban su luna de miel sendas parejas de recién casados"... Me apena y me preocupa al mismo tiempo la actitud asumida por el PAN en Coahuila después de la elección reciente de Gobernador. El candidato del PRI, Humberto Moreira Valdés, obtuvo una clara victoria en la contienda, y sin embargo los panistas no sólo no han reconocido ese triunfo, sino aun se disponen a impugnar el resultado de la jornada electoral, a la que tachan de haber estado plagada de irregularidades. Si las hubo fueron menores, ciertamente, y los mismos panistas saben en conciencia que de ninguna manera bastarán para anular el proceso. Digo que me apena esa actitud porque la han asumido personas de cuya inteligencia y decoro podría esperarse otra conducta. Y digo que me preocupan sus acciones porque no es honesta ni atinada la práctica de aceptar los resultados del ejercicio democrático únicamente cuando nos benefician, y ponerles estorbos o negarlos cuando nos perjudican. Tengo en alto concepto a Jorge Zermeño Infante, quien fue candidato por el PAN. Estoy convencido de que habría sido un magnífico gobernador. Pero no fue tan buen candidato como habría sido buen gobernante. Además lo dañó el llamado efecto Fox. Así las cosas su rival del PRI lo superó de plano, y por muy amplio margen. Quizá los panistas tratan ahora de salvar la cara, y atribuyen esa derrota contundente a vicios ajenos más que a deficiencias propias y de su partido. Sin embargo ese modo de proceder no los favorece nada, y en cambio acarrea daño al PAN, a Coahuila y a la causa de la democracia en México. Ojalá volvieran a la razón y a la ética... En una fiesta la señora se enteró de que uno de los invitados era siquiatra. Va con él y le dice: "Doctor: a mi marido le ha dado por creerse toro". El analista le entrega su tarjeta. "Llévelo a mi consultorio el próximo viernes". "Imposible, doctor -opone la mujer-. Ése es el día que yo me creo vaca"... La mesera lucía en el lado izquierdo del pecho un gafete con su nombre: Luisita. Un borrachín que estaba en una mesa saluda ceremoniosamente quitándose el sombrero: "Hola, Luisita". Después le dice a la mesera: "Disculpe usted: me gustaría saber cómo se llama la otra, para saludarla también"... FIN.