Pussywhipp Ed pasó a mejor vida. Llegó al Cielo y ¿con quién se topó en la morada celestial? Con la que en vida fue su fiera esposa, Mrs. Sleaze. "¡Oh ventura! -exclamó ella al ver a su marido-. ¡Juntos otra vez, y ahora por toda la eternidad!". "¡Ah no! -protesta Ed-. El cura que nos casó dijo nomás: ?Hasta que la muerte los separe?". (Recordaré una anécdota de esta pareja tan dispar, pues el hombre era apocado y la mujer tenía carácter de arpillera, que así se llama un tejido burdo y áspero cuyo solo roce lastima como espinoso cardo. El hecho sucedió en noviembre de 1965 -se cumplen por estos días 40 años- cuando una falla colosal en el suministro de energía eléctrica provocó aquel histórico apagón que cubrió una vasta zona del este de los Estados Unidos, desde la frontera con Canadá hasta Baltimore, y más al sur. Nueva York fue la ciudad más afectada por esa insólita catástrofe. Segundos antes de que llegara el apagón Pussywhipp Ed -que con su esposa vivía en Nueva York- estaba cambiando un foco que se había fundido. En el preciso instante en que Ed ponía el otro foco se apagó la luz en toda la ciudad. Se asoma por la ventana Mrs. Sleaze, ve la absoluta oscuridad y luego le dice a su esposo con tono agrio: "¿Ya ves lo que hiciste, you idiot?")... Lord Feebledick llegó a su casa después de participar en la reunión anual de su generación de Eton y encontró a lady Loosebloomers, su mujer, en ilícito trance de concúbito con lord Plonk, un noble venido a menos. Sin perder la calma lord Feebledick trae dos pistolas de duelo y dice a Flonk: "Caballero: estoy a sus órdenes". Replica con igual flema el fornicario: "Muchas gracias. Tráigame un whisky por favor"... Hay aves que cruzan el pantano y sí se manchan. A tal especie pertenece ahora Mariano Palacios Alcocer. En hora mala aceptó la irregular encomienda que le endilgó Madrazo, pues su prestigio ha sufrido mengua al servir en forma incondicional a ese mal señor. No será el único: ya veremos cómo aquella antigua institución priista, la cargada, se vuelve a renovar, y todos en el PRI -o casi todos- descubrirán súbitamente que Madrazo era "nuestro mejor hombre". Y no lo es, a menos que ahora se confunda lo mejor con lo peor... ¡Mañana publicaré el chiste llamado "Consunción"! Tan raro título oculta una bizarra mezcla de política con humor salaz. Hay quienes califican a ese cuento como el de más subido color entre todos los que han aparecido aquí durante este año. ¡Y ya estamos en noviembre! No se lo pierdan mis cuatro lectores... El doctor Duerf, famoso siquiatra, recibió una carta enviada por una mujer que vivía en un pequeño pueblo. "Doctor -decía la carta-, mi marido es un maniático sexual. Me hace el amor seis o siete veces cada día. Llega de pronto cuando estoy cocinando, cuando estoy lavando, cuando estoy planchando, y... Precisamente ahora (disculpe que me esté saliendo continuamente del renglón)..."... Le pregunta un tipo a otro: "¿Desde cuándo tomas Viagra?". Responde el otro: "Desde que la necesidad venció a la vanidad"... El Príncipe de Gales visitó una colonia inglesa llamada Mambu, pequeña isla al sur de Borneo. En la antigüedad los habitantes de Mambu habían practicado la antropofagia, mala costumbre que todos los autores de manuales de urbanidad están acordes en reprobar con energía. Los misioneros, sin embargo, le informaron a Su Excelencia que aquel bárbaro uso había sido erradicado por completo gracias a la predicación de la verdadera fe. Llegó el Príncipe, y en el muelle fue recibido por Mambakay, la enorme y robusta soberana de la isla. Tras los saludos de rigor la comitiva se encaminó al palacio real. "Su Majestad -le pregunta cortés el visitante a la reina-, ¿puedo ofrecerle el brazo?". "Gracias, príncipe -responde con ronca voz la mujerona-. Ya comí"... FIN.