Un escritor francés sacó a la luz un libro: "Mil maneras de hacer el amor". Le dice un extranjero con asombro: "¿Mil maneras? ¡Qué extraordinario! Yo nada más conozco una". "¿Cuál es?" -pregunta con interés el escritor. Describe el otro: "La mujer se acuesta de espaldas; el hombre se coloca sobre ella, y así hacen el amor". "¡Ah! -exclama entusiasmado el escritor sacando su pluma y su libreta-. ¡Mil y una maneras de hacer el amor!". (NOTA: La postura que se describe aquí se llama en inglés "Missionary position". El nombre nació de la prohibición que los misioneros protestantes impusieron a los isleños de los mares del Sur, cuya imaginación y habilidades de contorsionistas pusieron escándalo en los ceñudos predicadores, que en toda forma de placer veían pecado. En México esa tradicional posición se llama "del ejidatario", y según datos del INEGI ya raramente se practica en las zonas urbanas del país)... Eran los tiempos en que todo era legal en la política, en que todo se podía hacer sin temor a las consecuencias. Dicho de otra manera: eran los tiempos del PRI. En mi ciudad, Saltillo, hubo elección de alcalde. Se enfrentaron los dos candidatos de costumbre, el priista y el del PAN. En aquellos entonces -años sesentas del pasado siglo- los panistas no eran políticos: eran apóstoles. Y así les iba. El candidato del PAN obtuvo una mínima cantidad de votos, algo así como 300, pero en el resultado que finalmente se dio a conocer apareció con 3,300 sufragios, contra 8 mil o más del priista. Era hombre muy bueno y muy cristiano ese señor del PAN, y fue a visitar a su ex rival priista, que había tomado ya posesión de la alcaldía. "Licenciado -le dijo-, vengo a darle las gracias". "¿De qué, doctor?" -se sorprendió el alcalde. "Obtuve muy pocos votos en las urnas -reconoció el panista-, y supe que por disposición de usted se me aumentaron. Ese me evitó la vergüenza de haber quedado tan abajo. Le agradezco los 3 mil votos que me puso usted". "Ni me los agradezca -replicó el priista-. Yo a mí me puse 5 mil". El filósofo Heráclito dijo que en este mundo sólo el cambio es eterno. Su apotegma no es aplicable al PRI. Nada le han enseñado los años; siempre cae en los mismos errores. Nos hemos enterado ya de que hay instrucciones del comité central priista en el sentido de regalarle votos a Mr. What?s-his-name, el aparente adversario de Madrazo en la elección interna del Revolucionario, a fin de dar visos de contienda a lo que lisa y llanamente es una farsa. Eso a mí no me inquieta: allá los priistas con sus tongos, que así se llaman en el boxeo las peleas amañadas. Me inquieta, sí, que la simulación de ahora se quiera convertir en el fraude de mañana. Lo que mal se aprende jamás se olvida, y el PRI que encarna en Madrazo es el mismo viejo PRI del mapachismo, de la manipulación electorera, de la antidemocracia, en suma. Madrazo será, no cabe duda, el candidato del PRI a la Presidencia. Con su candidatura nacerá automáticamente la ominosa posibilidad del intento de manipulación y fraude en la elección presidencial. Muchos candados y controles hay ahora que antes no había, y eso representa una diferencia grande con la época de ayer. Pero conociendo a Madrazo como lo conocemos el PRD y el PAN tendrán que estar con los ojos bien abiertos. Yo ya orienté a ambos partidos. Si no siguen mi orientación, en su salud lo hallarán... El señor que visitaba un manicomio se conmovió al ver a un loquito que acariciaba a una muñeca. Le explica el director: "La mujer que amaba se casó con otro". "¡Hermosa locura la suya! -exclama con emoción el visitante-. En cambio en la celda vecina vi a un loco furioso que se golpeaba la cabeza contra la pared". Le informa el director: "Ese es el otro"... FIN.