He asumido por propia voluntad el deber de orientar a la República. Pesada carga es ésa, y afán que me desvela muchas noches. Ninguna compensación tienen mis fatigas, y muchos en cambio son los sinsabores que recibo cuando veo que la República no sigue mis orientaciones, y pierde el rumbo, y se despeña por desoír las moniciones y consejos que le doy con probado desinterés y buena fe. Vox clamantis in deserto es esta mía, y mía también la aciaga suerte que espera siempre a los profetas. Me pregunto por eso si la República escuchará el aviso que le daré al final de esta columna. Antes prepararé su ánimo con el relato de algunos cuentecillos que disipen, siquiera sea en parte, la calígine de inquietud que la ensombrece... Se casó Finola, mujer fanática de las buenas maneras. Al empezar la noche de bodas le dice a su flamante maridito: "Hasta en los momentos de mayor intimidad quiero que prive entre nosotros la urbanidad, la buena educación". Empezó el foreplay, o sea las caricias y arrumacos que suelen -y deben- preceder al acto del amor. Ya en su punto las cosas le dice el novio a su educada esposa: "Y ahora, mi amor, ¿serías tan amable de pasarme las éstas?"... En la clase de Historia Sagrada la señorita Peripalda le preguntó a Pepito: "¿Quién fue el padre de Abraham?". Responde sin vacilar Pepito: "El señor Lincoln"... A la mujer de Babalucas le gustaba la ópera. Un sábado le anuncia a su marido: "A la noche vamos a ir a ?Las bodas de Fígaro?". "Estoy harto de ir a bodas -contesta el tonto roque-. Mándale nomás el regalo"... Un hombre y una mujer discutían acerca de cuál de los dos sexos disfrutaba más el acto del amor. "Desde luego nosotros -dice el hombre-. Por eso siempre andamos buscando sexo". "Estás equivocado -opone la mujer-. Dime: cuando sientes comezón en un oído y llevas el dedo meñique a su interior para rascarte ¿cuál de las dos partes siente el mayor placer: el dedo o el oído?"... Y ahora presta atención, República. Un grave riesgo te amenaza. Hay quienes, restos de antiguos tiempos y obsoletos dogmas, están pensando integrar a México en una especie de bloque socialista que lo uniría a Cuba y Venezuela para formar un eje que, con la bandera del interés latinoamericano, sería en verdad de oposición a Estados Unidos. Muchos habrá aquí que simpaticen con la idea, por los agravios pasados y presentes que hemos recibido, y seguimos recibiendo, de la nación del norte, pero el error más grave que podríamos cometer sería entrar en sociedad con países que viven de espaldas a la democracia y que pretenden resucitar ideologías cuyo fracaso está probado y que ya son cadáveres que huelen a hedentina. Nuestro camino es el de la libertad, el ejercicio democrático y la autodeterminación, no el del sometimiento de la persona humana, el autoritarismo y el sacrificio del interés comunitario para favorecer extremismos ideológicos. Habrá que tener cuidado, entonces, con el origen de los fondos que ejercerá López Obrador en su campaña presidencial, pues bien podría ser -y esto no es cosa de política ficción- que los regímenes totalitarios de Cuba y Venezuela vieran en el posible triunfo del PRD una excelente coyuntura para fortalecer su posición haciendo de México un aliado en su política de izquierda radical, y aplicaran recursos a fin de fortalecer la candidatura de López Obrador y propiciar su triunfo. La gente de AMLO ha puesto en ejercicio mecanismos de recaudación de fondos que son de difícil fiscalización, y que podrían servir como pantalla para encubrir, y luego justificar, aportaciones de ese origen. Abre los ojos pues, República, y está alerta para impedir toda injerencia, tanto venida del norte como del sur venida, que pretenda influir en un proceso que sólo la voluntad de los mexicanos debe decidir... FIN.