Casi seguramente Elba Esther Gordillo será expulsada del PRI. Las cosas no pueden ser de otra manera: al atacar a Madrazo se apartó notoriamente de los estatutos de la organización, y esa falta amerita la sanción que se le aplicará. (Cosa muy diferente sucedió con el propio Madrazo: también él atacó a Labastida cuando éste era ya el candidato presidencial, y sin embargo no recibió castigo alguno. Bien se ve que en el PRI con la vara que midas no serás medido). A nadie sorprenderá la separación de la señora Gordillo de las filas priistas. A muchos, en cambio -yo entre los primeros- extrañará el hecho de que Acción Nacional busque a esa señora para incorporarla a sus filas y aprovechar la poca o mucha fuerza que aún le quede en beneficio de la candidatura de Felipe Calderón. La presencia de la dirigente magisterial -mi pluma se detuvo cuando quise escribir "la maestra"- acarreará más perjuicios que beneficios al candidato panista, pues mostrará en él y en sus copartidarios pocos escrúpulos para escoger a sus compañeros de campaña, y en cambio dará a ver un burdo pragmatismo que en nada se detiene con tal de conseguir más votos. Elba Esther Gordillo, lo mismo que Madrazo, representa los peores vicios del priismo, de aquel viejo sistema corporativista, de corrupción institucionalizada, de clientelismo supresor de la libertad individual contra el cual el PAN luchó siempre. Al buscar esa alianza con la Gordillo los panistas, y muy concretamente Calderón, se desvían sensiblemente de los valores y principios que Acción Nacional ha sostenido, o al menos sostenía. No incurro en ceguera política, ni desconozco las rudas realidades de la política práctica, pero creo que sin el apego a un código de ética todo ejercicio político se convierte en burdo comercio de poder. El fin no justifica los medios. Si se asocia con Gordillo, sea cual fuere la forma que esa alianza tome, Felipe Calderón lastimará severamente las esperanzas que muchos mexicanos han depositado en él... Avidio, hombre ambicioso, contrajo matrimonio con Pecunia, rica mujer pero más fea que un coche por abajo. La noche de las bodas Avidio no podía ponerse en aptitud de consumar el matrimonio. Todos sus ímprobos esfuerzos resultaban vanos. Y es que en verdad la traza de Pecunia era para matar todo asomo de pasión. Desesperado ya le pide Avidio a su feróstica consorte: "¡Por favor, dime cuánto dinero tienes, a ver si eso me anima!"... Decía un señor: "Me preocupa la llegada de la Navidad. Tengo que convencer a mis hijos de que Santa Claus existe, y a mi mujer la tengo que convencer de que no existe"... En pleno invierno Babalucas le hizo un anuncio a su señora: "Voy a salir a la calle a vender nieve y paletas heladas". Pregunta ella muy asombrada: "¿Con este frío?". Replica Babalucas: "Me pongo suéter"... El médico le anuncia a mister Pissant, dueño de esclavos en la plantación sureña: "Su esposa dio a luz trillizos". "¡Ah! -exclama con orgullo el rudo redneck-. ¡Es que tengo entre las piernas una escopeta que no falla!". "Pues limpie el cañón de la escopeta -le recomienda el facultativo-. Los niños salieron negros"... Le cuenta una muchacha a otra: "Anoche salí con Animacio. Con dos copas actuó como un caballero, pero después de la tercera actuó maravillosamente"... El niñito le reclamó a su papá con tono de reproche: "¿Por qué nunca me has dicho que eres astronauta?". "¿Astronauta -se sorprende el señor-. ¿Por qué piensas que soy astronauta?". Contesta el chiquitín: "Es que oí a mi mamá decirle al vecino que no te vas a dar cuenta de nada porque siempre estás en la luna"... FIN.