Marx es uno de los hombres más sabios que sobre la Tierra han existido. Hablo de Groucho, claro. Sus ocurrencias tienen más hondura que la que deja ver su aparente ligereza. A una hija suya le prohibieron nadar en la alberca de un club de Nueva York, por ser judía. "Su madre es cristiana -alegó Groucho-. ¿Por qué no la dejan que se meta hasta la cintura?". Alguien le preguntó una vez si ya había visto la película "Sansón y Dalila", con Victor Mature y Hedy Lamarr. Respondió él: "No me interesa ver una película en la que el actor tiene más busto que la actriz". Aludía a la bien cultivada anatomía del protagonista y al exiguo tetamen de la dama. Pues bien: fue Groucho Marx quien dijo que si en una comida con cubiertos de plata alguien empieza a presumir de honrado, inmediatamente hay que empezar a contar los tenedores, cuchillos y cucharas. Andrés Manuel López Obrador dijo en Puerto Progreso, Yucatán, que si llega a la Presidencia de la República no será un dictador, y manifestó que respetará la libertad de expresión. Aseguró: "No es mi fuerte la venganza; se va a respetar a todos, a los que están con nosotros y a los que no están con nosotros. Vamos a ser respetuosos de la libertad de expresión y de culto". Vaya usted a saber por qué juntó esas dos libertades, tan ajenas entre sí, y por qué presenta como generoso ofrecimiento lo que ha de ser observancia de la Ley. Yo tengo mis reservas acerca de la sinceridad de esa declaración, y espero no tener que citarla alguna vez para que AMLO la recuerde. Porque, aunque se dice respetuoso de la libertad de expresión, otra vez López Obrador acusó al periódico "Reforma" de ser "proclive al PAN" y de efectuar encuestas amañadas para mostrar que don Andrés Manuel está a la baja en la preferencia de los electores. Otras encuestas han presentado idénticos resultados, y los voceros del candidato perredista han acusado de falsarios a quienes las han hecho, aunque luego han debido disculparse por esa aventurada acusación. Ya se ve que López Obrador respeta la libertad de expresión únicamente cuando lo favorece, y considera que esa expresión es parcial y mentirosa si no se ajusta a sus designios. Empecemos a contar los cubiertos, entonces, y a observar la conducta de López Obrador en lo que atañe a la libertad de expresión, pues vemos que lo que hace no corresponde a lo que dice... La esposa regresó de un viaje y encontró a su marido en la tina de baño acompañado por una linda chica. Antes de que la estupefacta señora pudiera decir algo le explica el malandrín: "Leí una estadística mundial según la cual cada año se ahogan seis personas en la tina de baño de su casa, y contraté una salvavidas"... Algunas mujeres piensan que el camino para conquistar a un hombre pasa por su estómago. Más bien pasa un poco más al sur... El muchacho invitó a la chica a ir al cine. "¡Fantástico! -se alegró ella. Dice el galán: "Voy a comprar el periódico". "¿Para qué?" -pregunta la muchacha. Responde él: "Para saber qué película vamos a ver". "¡Uh! -se decepciona ella-. ¿A eso vamos a ir al cine? ¿A ver la película?"... El fiscal era un hombrón enorme; la defensora era una abogada pequeñita. "¿Usted va a ser mi rival? -se burla el tipo-. ¡Pero si puedo llevarla en el bolsillo trasero de mi pantalón!". "Posiblemente -responde con toda calma la abogada-. Y entonces tendría más inteligencia en las nachas que en la cabeza"... Una mujer entró en una farmacia y preguntó al encargado: "Tienen condones extra largos?". "Sí hay -contesta el dependiente-. ¿Quiere uno?". Responde la mujer. "No. ¿Le importa si espero aquí a que venga un hombre y compre uno?"... FIN.