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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

Un deplorable cuento verá aquí la luz mañana. Se llama "P por C". Desconozco el sentido de esas siglas; sólo un criptógrafo podría descifrarlas. Lean mis cuatro lectores ese chascarrillo y determinen su significación... Una mujer fue con el ginecólogo. "Doctor -le dice-. Cada vez que estornudo experimento una sensación parecida al orgasmo". Pregunta el facultativo: "¿Y qué está tomando para eso?". Responde la mujer: "Pimienta"... Llegó una atractiva rubia al lobby bar del hotel. Eso no tendría nada de raro si no es porque la dama iba completamente en peletier, quiero decir sin nada encima aparte de unas gotas de Chanel número 5. Se dirige al cantinero y le pide: "Un martini seco, por favor". El barman le sirve la bebida y luego se le queda viendo con atención reconcentrada. "¿Qué le pasa? -pregunta la rubia, enojada-. ¿No ha visto nunca una mujer desnuda?". "A varias he mirado -responde el cantinero-. Pero estoy esperando a ver de dónde se va a sacar el dinero para pagar la copa"... Regresó a su casa el señor después de un largo viaje. Naturalmente lo primero que hizo fue ir a la recámara con su mujer. Estaban en lo que estaban cuando entró en la alcoba el hijito del matrimonio. Vio aquello y le pregunta a su papá con la inocencia propia de los niños: "¿Qué estás haciendo, papi?". Responde el señor lleno de turbación: "Ejem... Le estoy poniendo gasolina a tu mamá, hijito". Dice el pequeño: "Pues a ver si te consigues un modelo que rinda más kilometraje, porque el vecino ya la había llenado hoy en la mañana"... La señora estaba en trabajo de parto. La rodeaba todo un equipo de médicos y enfermeras. Por fin el alumbramiento se produce. Pero, para asombro de todos, en vez de una criatura la señora dio a luz una muñeca Barbie. Comenta el obstetra en jefe: "Bueno, qué se podía esperar de una inseminación artificial"... Las protestas que han suscitado las recientes leyes aprobadas por los diputados son efecto de una sola causa: la falta de auténtica representatividad de los legisladores. En efecto, los diputados no representan el interés de sus electores (hay muchos que ni electores necesitaron para llegar a la Cámara); obedecen más bien al interés de los partidos que los postularon y a su propio interés. Por eso son muy permeables a cabildeos e influencias de todo orden que buscan la aprobación de tal o cual ley en beneficio de un grupo determinado y no de la comunidad en general. Por eso debe establecerse la reelección de los diputados. Tal medida propiciaría la existencia de verdaderos legisladores, sometidos periódicamente al examen de los ciudadanos. Lo que tenemos ahora es un enorme número de diputados cuyo elevado costo para los contribuyentes no se justifica. Lo ideal sería tener Congreso pequeño y diputados grandes. Hoy por hoy -salvas honrosas excepciones- tenemos diputados de mínima estatura profesional y moral y un Congreso desmesuradamente grande, desmesuradamente caro y desmesuradamente ineficaz... ¿En qué se parece la Navidad a un día en la oficina? En que tú haces todo el trabajo y el viejo panzón es el que se lleva el crédito... En la mañana la señora le pregunta a su maduro esposo qué quería desayunar. "Nada -responde el señor-. El Viagra me ha quitado el apetito". Al mediodía la señora le pregunta qué quería comer. "Nada -vuelve a decir el hombre-. El Viagra me ha quitado el apetito". En la noche la esposa le pregunta qué quería cenar. "Nada -repite una vez más el individuo-. El Viagra me ha quitado el apetito". "Bueno -le dice en ese punto la mujer, molesta-. Entonces ya bájate, que yo sí me estoy muriendo de hambre". (No le entendí)... FIN.

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