El señor llega con el médico. "Doctor -le dice-, vengo a verlo porque padezco de los nervios?. "Bien -responde el galeno-. Hágame el favor de pasar por acá para examinarlo?. "Antes de eso -dice el paciente-, quiero saber qué método sigue usted para tratar problemas de los nervios?. "Bueno -explica el doctor-. Ataco directamente la causa?. "-¡Ah no! -exclama el hombre-. ¡A mi esposa no la va usted a atacar!?... El granjero iba a salir de vacaciones a Europa con su esposa. Como estaría allá tres meses, y como nada más tenía una hija, contrató a un joven para que en su ausencia se encargara de las faenas rudas.. A su regreso el granjero le preguntó a la muchacha si el ayudante había trabajado bien. "¡Muy bien! -responde la chica con entusiasmo-. ¡Dejó arado todo el campo; arregló el techo del granero, y a mí me quitó esos incómodos malestares que me daban cada mes!?... Debemos tener cuidado. Los norteamericanos dicen ser respetuosos del medio ambiente, pero algunos entienden que el medio ambiente es sólo el que está comprendido dentro de sus fronteras. Lo que no permitirían en su territorio en materia de contaminación no tendrían empacho en dejar que sucediera en México. De ese modo a veces traen a México empresas altamente contaminantes que no pueden operar en Estados Unidos por impedirlo las leyes de protección ambiental, pero que aquí son admitidas ya sea por descuido, ya por ignorancia, o ya por la necesidad de empleos. Nuestro problema consiste en hallar un justo equilibrio entre la urgencia que tenemos de conseguir ocupación para los mexicanos y la obligación de proteger el medio para nuestro propio beneficio y el de las generaciones venideras. Somos una nación pobre; cualquiera diría que no podemos darnos el lujo de la protección ambiental. Sin embargo la conservación del medio ambiente de ninguna manera es un lujo: es un imperativo que hemos de cumplir si no queremos poner en riesgo la casa común en que vivimos. Por eso no debemos permitir que el país vecino haga de nuestro territorio un basurero presto a recibir sus desechos y a aceptar la contaminación que dentro de sus fronteras por ningún motivo admitiría... "Señor juez -acusa la muchacha-. Este hombre me obligó a subir a su automóvil?. "Secuestro? -dice el juez anotando en su libreta-. Cinco años de cárcel?. ?Luego ?continúa la muchacha-, me metió en un cuarto de hotel?. "Privación ilegal de la libertad -tipifica el juez-. Son 10 años de prisión?. "Ahí me dijo que me golpearía si no accedía a sus deseos? -prosigue la muchacha-. "Amenazas -apunta el juez-. Son 15 años?. "Después ?continúa ella- me hizo que me aligerara la ropa?. "Atentado al pudor -anota el juez-. Son 20 años?. "Finalmente abusó de mí? -concluye la muchacha. "Violación -apunta el juez-. Son 30 años?. Seguidamente pregunta el juzgador: ?Dígame: cuando todo eso sucedía ¿gritó usted? ¿Opuso alguna resistencia? ¿Pidió auxilio??. "No, señor juez -responde la muchacha-. No quise molestar a nadie, y además, lo que sea de cada quien, el hombre es guapo, y una, pues es mujer?. "Ah, vaya -dice entonces el juez rompiendo la hoja en que había anotado-. Entonces no hay delito qué perseguir. Estamos en presencia de una fornicación pura y simple?... FIN.