Pareciera que la apuesta de Vicente Fox es negar los problemas, para que así éstos desaparezcan. En cincos años de gestión, el presidente de la República no ha sido capaz de aceptar sus errores y la ineficacia de su gabinete en diferentes áreas de la vida pública.
Miles de mexicanos ven cómo la vida se les va en la lucha por conseguir un empleo, mientras Vicente Fox da cifras alegres donde minimiza el problema, lo mismo ocurre con la caída del poder adquisitivo y la lucha del Gobierno Federal contra la delincuencia, batallas donde Vicente Fox no ha salido bien librado.
Para el hombre que se hiciera popular por usar botas, la culpa de todo recae en los medios de comunicación, quienes sólo informan lo malo y no las buenas noticias. Las declaraciones desafortunadas han sido la principal característica del sexenio, declaraciones que muchas veces hieren y lastiman.
Las muertas de Juárez es un caso cerrado para el mandatario, que los medios únicamente “refritean” porque todo está ya resuelto. ¿Qué habrán sentido las madres de las víctimas al escuchar a Vicente Fox?, sin duda las afirmaciones del presidente hieren y lastiman, como la inoperancia de las autoridades que a 12 años de distancia no han sido capaces de resolver el problema.
La diputada priista, Rebeca Godínez y Bravo, calificó de “irresponsables” las declaraciones de Fox de que la preocupación ciudadana por las muertas de Juárez sean “un refrito” y dijo que “es verdaderamente vergonzoso y enoja que no sea capaz de tener la mínima sensibilidad y no conocer siquiera el tema”, exigiéndole “que mejor guarde silencio en cosas de las que no tiene la más mínima idea”.
Hasta el momento existen 323 casos registrados en Ciudad Juárez en 12 años, de los cuales solamente 230 han sido aclarados y sus autores encarcelados. El problema persiste aunque las autoridades se nieguen a reconocerlo. Es cierto, el problema surgió antes de que llegara Fox a la Presidencia, por eso son culpables también las autoridades municipales y estatales que hasta el momento han sido incapaces de brindar seguridad a las mujeres fronterizas cuando salen de sus trabajos.
Dice un refrán que tras la tormenta viene la calma, este dicho popular ha sido la apuesta de Vicente Fox, pues nuevamente ofreció a los mexicanos una especie de fe de erratas, para corregir sus declaraciones. Ayer fue discriminar a los negros, hoy minimiza el caso de las muertas de Juárez y mañana quién sabe qué sorpresa no dará el presidente, que en tiempos de campaña por su forma de hablar causaba simpatía, pero hoy su lenguaje causa decepción, tristeza y en ocasiones ira porque el barco parece no tener rumbo.