La falta de oportunidades obligó al minero zacatecano a dejar su tierra para hacerse campesino en la Comarca
EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Con once hijos y su esposa, Juan Espinoza Treviño decidió venir a La Laguna. Era el año de 1968, el auge del campo en la región llamó la atención de Juan, quien al padecer una situación económica precaria, no dudó en salir de su natal Zacatecas.
Juan es un hombre que acaricia los 74 años de edad. Nació en San Miguel, municipio de Melchor Ocampo en el estado de Zacatecas. Durante varios años trabajó de minero en un yacimiento conocido como La Unión.
Sin embargo, sus cinco años en ese lugar y la bastante producción de plata y cobre, no permitieron a Juan darle alimento a su familia. Un día, sin pensarlo y ponerlo a discusión en su familia, optó por venir a Matamoros.
Sin conocidos ni un lugar a dónde ir, el primer paso de Juan fue buscar trabajo en el campo. No tardó mucho en conseguirlo y rápidamente se dispuso a laborar en la pizca. El dinero que obtenía no era mucho pero sí más que los tres pesos que ganaba a diario en la mina La Unión.
?En Zacatecas no había trabajo, la situación estaba muy dura. No había de otra más que entrar como minero, pero ese dinero y el cansancio de andar allá abajo, no permiten a uno seguir así, de modo que me vine paara acá?.
Doce años tenía Juan cuando conoció la responsabilidad de trabajar. Junto a su padre, ayudaba con la familia. La escuela no era una opción viable para sobrevivir, de manera que desde esa edad, no ha dejado el trabajo.
Actualmente, ya sin sus once hijos y con su esposa, Juan intenta seguir viviendo pero ahora de jardinero. Él es uno de los casi 12 que hay en el municipio que se dedican a cuidar las áreas verdes públicas.
?Estoy muy agradecido con La Laguna y su gente, porque llegar aquí fue lo mejor que me pudo pasar. Al ver que en Zacatecas no había futuro, tuve que buscar nuevos horizontes y gracias a Dios lo pude hacer con mi familia a lado?.
Hoy, de su pueblo sólo le quedan los recuerdos. En ocasiones asiste al ejido San Miguel, para visitar unos cuantos familiares que dejó. Su esposa vive con él y sus hijos ya tienen vida propia, el campo y las minas para Juan fueron experiencias que no olvidará.
