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MÉXICO, DF.- Este 2005 será definitivo para la diversidad cultural; en octubre, durante la 33 Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) se determinará si la cultura puede o no ser tratada como una mercancía.
En los próximos meses serán intensos los debates internacionales sobre la necesidad de promover el valor de la diversidad cultural, frente a los cambios tecnológicos y sociales, pero sobre todo económicos.
Desde el año 2001, cuando se adoptó una declaración en torno de la diversidad cultural, varios países encabezados por Francia, Canadá y la ciudad de Québec trabajan en estrecha colaboración para impulsar una Convención sobre la Diversidad Cultural (formalmente conocida como Convención Internacional sobre la Protección de la Diversidad de Contenidos Culturales y Expresiones Artísticas).
Ésta consiste en crear un acuerdo legal internacional, de obligatorio cumplimiento para los 190 países miembros de la UNESCO, con el fin de implementar el principio de que la cultura no puede ser tratada como un bien mercantil.
La convención permitiría a cada Estado excluir sus políticas culturales, incluyendo los servicios audiovisuales, de los tratados de libre comercio negociados en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Con este fin se ha creado la Red Internacional sobre la Política Cultural (RIPC), que persigue delinear un instrumento internacional en defensa de la diversidad cultural con miras a la Conferencia General de la UNESCO en el próximo octubre.
