Los tres candidatos al cargo, José Miguel Insulza, Francisco Flores y Luis Ernesto Derbez, pidieron que se convoque una Asamblea de Cancilleres para el 30 de marzo, para elegir al próximo secretario.
Washington, (EFE).- La Organización de Estados Americanos (OEA), descabezada desde la dimisión de Miguel Ángel Rodríguez el pasado 15 de octubre, podría tener nuevo secretario general el próximo 30 de marzo.
La propuesta conjunta llega después de varios tiras y afloja registrados en días pasados entre los candidatos, motivados por diferentes intereses respecto a esta convocatoria, y será considerada el miércoles por el Consejo Permanente de la OEA.
En principio no parece que haya problemas para que el Consejo, tal y como lo manda la Carta de la Organización, convoque una Asamblea General Extraordinaria de Cancilleres para elegir al secretario general.
Fuentes de la OEA dijeron a EFE que aunque "la mayoría de los cancilleres no se trasladarán a Washington con este motivo", es preceptivo que el nivel de la reunión sea de ministros, con lo que podrán delegar poderes plenipotenciarios en sus embajadores.
Sí se espera contar con la presencia de los cancilleres de, al menos, los tres países que compiten por la secretaría general, y que son el chileno Ignacio Walker, el salvadoreño Francisco Laínez, y el mexicano Derbez.
Para ser elegido secretario general, tal y como gustan decir los juristas de la OEA, es necesario contar con "más de la mitad" de los votos de los países miembros, es decir, 18, en votación que preceptivamente debe de ser "secreta", a menos que no exista más que un candidato y haya consenso sobre el mismo.
Si ninguno de los candidatos consigue los 18 votos en primera vuelta, prevalecerán los dos más votados, quienes se presentarán inmediatamente a una segunda vuelta, si así lo decide la Asamblea.
Para ganar en esta segunda vuelta vuelven a ser necesarios 18 votos -no basta con tener "más votos que el adversario"- y si no se consiguen, se procederá a votar una y otra vez hasta que uno de los dos rivales los obtenga.
Las votaciones sucesivas -que se pueden complicar si, por ejemplo, algunos países deciden votar en blanco- podrán celebrarse en ese día o en otras fechas. Eso lo debe decidir la Asamblea.
Nada impide, según explicaron a EFE fuentes familiarizadas con estos procesos, que las espadas queden en alto y vuelva a convocarse a los cancilleres transcurridos varios días para permitir que los dos candidatos hagan campaña para asegurar sus votos.
En esta ocasión, como ocurre siempre, son los 13 votos de los países del Caribe anglófono (Caricom) los que pueden decantar en uno u otro sentido la elección y no han tomado una decisión conjunta.
Hasta el momento, la mayoría de los grandes países de América Latina han declarado sus posiciones, en algunos casos con gran claridad y en otros de forma más ambigua. Pero el Caribe se mantiene en gran medida como una incógnita, al igual que Panamá y Perú, que no han comprometido el voto.
Chile cuenta con el apoyo asegurado de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela y Ecuador, mientras que El Salvador tiene consigo a Estados Unidos, Colombia, Guatemala, Costa Rica y Nicaragua.
Con México están desde el primer momento Canadá y Bolivia, país que, dadas sus ancestrales tensiones con Chile por el diferendo de su salida al mar, nunca será un voto para el candidato Insulza.
Paraguay ha declarado que "se encuentra muy cerca de México", como también varios países del Caribe británico, mientras que habrá que esperar a ver qué hacen Haití y la República Dominicana.
En principio, las apuestas indican que nadie espera que el nuevo secretario general sea elegido en la primera vuelta, pero sí son muchos los que creen que, "con toda seguridad, Chile sobrevivirá para la segunda ronda de votaciones".
De ahí en adelante, los pronósticos están abiertos.
