El presidente quisiera ser recordado como quien resolvió los problemas de conflictos de la tierra en el país
EFE
MÉXICO, DF.- El presidente de México, Vicente Fox, afirmó ayer en el sureño estado de Chiapas que el zapatismo ?está quedando ya prácticamente en el pasado? porque la gente que lo secundó tiene ahora otras prioridades.
?Todo el mundo está viendo hacia adelante. Encontramos un Chiapas con un nuevo rostro, un Chiapas viendo hacia el futuro, viendo hacia adelante?, manifestó el mandatario en Comitán durante una visita a Chiapas, uno de los estados más pobres del país.
Fox señaló que su Gobierno ?está dando respuestas efectivas a los problemas que crearon todos los gobiernos autoritarios? que le antecedieron, encabezados todos ellos por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En relación con Chiapas, dijo que el estado ha dicho ?no a la política de las armas? y sí ?a las armas de la política, del diálogo, la solidaridad y la armonía?.
?Éste es el nuevo Chiapas que ya está siendo conocido en el mundo entero: un nuevo rostro, una nueva imagen, un nuevo reconocimiento a una ciudadanía libre, democrática y responsable, a un gobierno democrático y eficaz en su tarea, como es el gobierno de Pablo Salazar?, el gobernador del estado.
Antes de concluir la visita, Fox también se refirió a algunas acciones políticas emprendidas por el Gobierno en tradicionales zonas de conflicto, como el área correspondiente a la Reserva Ecológica de Montes Azules, donde han sido reubicadas familias que habitaban el lugar para desactivar conflictos.
?Yo he dicho en alguna ocasión que quisiera ser recordado como el presidente que resolvió los problemas de conflictos de la tierra, los problemas de violencia que inclusive llegaron a causar muchas muertes y muchos pleitos entre hermanos?, dijo Fox.
El primero de enero de 1994, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) irrumpió en el panorama político mexicano al alzarse en armas y exigir soluciones que erradicaran las condiciones de miseria de la población indígena, un tercio del total de tres millones de habitantes de Chiapas.
Diez días después de aquel acto insurgente y de los subsiguientes combates, el Gobierno decretó una tregua y comenzó un proceso de paz que se ha mantenido estancado durante diez años.
En septiembre de 1996, se suspendieron las negociaciones formales de paz debido al incumplimiento de los acuerdos de San Andrés Larraínzar sobre Derechos y Cultura Indígena.
El Gobierno de Fox reanudó posteriormente las conversaciones, que derivaron en algunas reformas constitucionales que fueron rechazadas por el EZLN.
