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SHANGHAI, CHINA.- Alrededor de 20 mil manifestantes opuestos a Japón marcharon ayer por las calles de Shanghai, lanzando piedras contra el consulado japonés y destrozando automóviles y negocios para protestar por el comportamiento de Tokio durante la Segunda Guerra Mundial y su empeño de conseguir un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, ONU.
Miles de policías observaron a la multitud, pero hicieron poco para contenerla.
Las autoridades japonesas se quejaron de que los funcionarios chinos no implementaron medidas para frenar la violencia.
Otras miles de personas también participaron en protestas pacíficas realizadas en otras dos ciudades, desafiando el pedido del Gobierno para que se abstuvieran.
En Pekín, cientos de policías se apostaron en la plaza Tiananmen, en el centro de la capital china, para obstaculizar una manifestación planeada. La embajada de Japón dijo que dos japoneses resultaron heridos en Shanghai después de ser rodeados por un grupo de chinos. No quedaba claro la gravedad de las lesiones.
Policías vestidos con cascos mantuvieron alejados del edificio del consulado de Shanghai a los manifestantes, pero permitieron que arrojaran huevos y piedras.
Un grupo de jóvenes rompió las ventanillas de un automóvil y dio vuelta al vehículo, mientras se destrozaban los vidrios de al menos otros dos vehículos japoneses.
Los manifestantes destruyeron los vidrios de más de una docena de negocios y bares de estilo japonés, muchos de ellos de dueños chinos. Otros manifestantes rompieron las ventanillas de un automóvil policial, después que se rumoreaba que un hombre que estaba adentro era japonés. El vehículo se alejó antes de que la multitud tomara al hombre.
La violencia estalló después de una marcha de unas cinco mil personas desde la municipalidad hasta el consulado. Los manifestantes llevaban carteles que en inglés decían “Say No to Japan in the Security Council” (Digan no a Japón en el Consejo de Seguridad).