EL PAÍS / AGENCIAS
MOSCÚ, RUSIA.- Con al menos 20 muertos y diversos heridos concluyó la represión de varios motines aparentemente coordinados en las cárceles de Kirguizistán, el empobrecido país centroasiático que en marzo pasado fue escenario de una revuelta conocida como la Revolución de los Tulipanes.
Fuentes del ministerio del Interior dijeron a Interfax que en la prisión 31, donde el pasado mes de octubre fue asesinado el diputado kirguís Tynychbek Akmatbáyev, las Fuerzas de Seguridad hicieron uso de sus armas cuando los reclusos intentaron impedir el traslado de un grupo de delincuentes altamente peligrosos.
Según el viceministro de Justicia, Serguéi Zúbov, murieron cuatro presos, dos de ellos en un penal de Moldovanovka, en las afueras de Bishkek, y otros dos, en una prisión de Petrovka, también en las afueras de la capital, pero los medios de comunicación hablan de decenas de fallecidos.
El fin de las Fuerzas antidisturbios era trasladar a otro centro penitenciario a los supuestos implicados en aquellos asesinatos, comenzando por Aziz Batukáyev, una autoridad del mundo del hampa al parecer de origen checheno.
Los reclusos portaban fusiles ametralladoras, pistolas y otras armas de fuego además de armas blancas y se habrían enfrentado a las Fuerzas antidisturbios. También utilizaron sus teléfonos móviles para provocar motines en otras prisiones del país, según informó NewsInfo.
El nuevo jefe del sistema penitenciario de Kirguizistán, Kapar Mukéyev, fue herido en las reyertas. En Moldovanovka se confiscaron fotos de los líderes chechenos Shamil Basáyev y Aslán Masjádov, según el vicefiscal de Kirguizistán, Jabibulá Abdugapárov.
Tras los motines del 20 de octubre, Ryspek Akmatbáyev, el hermano del diputado asesinado, organizó una manifestación frente al Parlamento para pedir el cese de Felix Kúlov, el jefe del Gobierno, a quien hacía responsable de los sucesos que costaron la vida a su hermano.
El trasfondo social y político de los motines carcelarios y de la manifestación frente al Parlamento es difícil de apreciar a distancia. La revuelta del pasado marzo acabó con el régimen de Askar Akáyev, que permaneció 15 años en el poder.