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Beijing, CHINA.- El embajador de México en China, Sergio Ley, pidió que su país mejore su competitividad ante la nación asiática y aprovechar el “cúmulo de oportunidades” que representa y que podría llevarla pronto a ser uno de sus principales proveedores.
Se refirió a las críticas contra China por la amenaza que su mano de obra barata supone para las maquiladoras y el sector textil, y a la que se culpa de la pérdida de unos 400 mil empleos y la salida de 800 empresas de México en 2000.
“En algunos casos, racional o irracionalmente, se culpa a China, hay que verlo en un contexto más amplio. Tal vez todos los elementos no son culpa de China, gran parte de nuestra tarea la tenemos que hacer en casa. En particular mejorar la competitividad”, comentó Ley.
“China es un reto que nos sacudió pero tenemos que afrontarlo. El hecho de enfrentarnos a ese reto tiene algo de positivo ya que nos hace reflexionar acerca de lo qué es urgente que hagamos”, agregó.
El diplomático mexicano indicó que además de China “hay muchos otros países como la India o Bangladesh, que son más competitivos que México en el aspecto de salarios bajos, por lo que México tiene que competir con otro tipo de servicios”.
Según el embajador de México en Beijing, la pujanza del país asiático, con un crecimiento económico del diez por ciento en los últimos años, ofrece enormes perspectivas para su nación, que es el principal socio comercial en América Latina de China.
El campo agroalimentario es un ejemplo, debido a que China no puede autoabastecerse, otro el turismo donde México ha sido designado como país receptor de turistas chinos, así como en la exportación de petróleo y otros rubros.
“Lo que tenemos que hacer es aumentar nuestras exportaciones hacia China, tarea enormemente ardua pero no tenemos otro camino. El objetivo es que México se convierta en un muy importante proveedor de servicios y manufacturas de China”, declaró Ley.
Menos del 20 por ciento del territorio chino es terreno de cultivo, lo que obliga al país asiático a importar y abre un campo muy amplio para exportar aguacate, por ejemplo, que sólo una elite china conoce en este momento.
También otras frutas como el limón, el mango, productos exóticos como el nopal y otra serie agrícola y alimentaria.
Ley está convencido en particular de que se deberían exportar tortillas a China y abrir taquerías (platillo tradicional mexicano) y crear el hábito de comer comida mexicana en ese país, conquistado en los últimos 15 años por firmas de comida rápida estadounidense.
Respecto al petróleo, la empresa estatal Petroleros Mexicanos (Pemex) ha entablado pláticas con las autoridades chinas de cara a vender crudo a China, cuyo consumo creció en forma exponencial en los últimos años y que requiere de fuentes confiables de energía.
El turismo tropieza de momento con el problema de la falta de vuelos directos entre China y México, que sólo es accesible a los turistas chinos a través de escalas en Estados Unidos, Canadá o en países europeos.
Pese a que el año pasado solamente unos dos mil 500 turistas chinos visitaron México, las perspectivas son enormes dado que de acuerdo a la Organización Mundial del Turismo (OMT) en 2020 cien millones de chinos saldrán del país con fines turísticos.
México fue designado por Beijing como país receptor de turistas y ya se está realizando un estudio para operar vuelos directos desde esa ciudad y Shangai a la norteña ciudad fronteriza mexicana de Tijuana, el punto geográfico latinoamericano más cercano de China.
Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, serviría de base hacia los destinos turísticos mexicanos, la ciudad de México y otras capitales latinoamericanas.
Ley estimó además que es seguro que en los próximos años empresas chinas se instalarán en México por motivos logísticos, para aprovechar la vecindad de México con Estados Unidos, generando empleos en el país.
Según el embajador, cada vez más directivos de empresas mexicanas viajan a China con el objetivo de invertir, abrir plantas y tratar de conquistar un mercado de mil 300 millones de consumidores potenciales.
El embajador no descartó que en el futuro México, el país que más tratados de libre comercio tiene firmados en el mundo, pueda signar “a largo plazo” un convenio con China, que en unos años será el primer mercado del mundo.
Según el diplomático, quien ha residido en China y otros países asiáticos desde hace más de veinte años, las relaciones comerciales y políticas entre México y China viven un momento de “efervescencia”.