Por la carretera Durango-Parral camina una persona de pantalones remendados, de aspecto descuidado y cabellos al aire. Está sucio y cruza la calle sin observar. Insulta a los automovilistas que accionan el claxon y entre dientes articula palabras.
La sociedad ha manifestado que Durango está llena de locos y se pueden ver a cualquier hora; principalmente en el primer cuadro de la ciudad es donde se encuentra a este tipo de personas que deambulan sin rumbo definido, comen lo que les regalan en cualquier esquina y descansan tirados en el césped de algún parque.
Por la avenida 20 de Noviembre, a escasas cuadras del edificio de la Presidencia Municipal, dos personas de aspecto descuidado deambulan, están sucios y con la ropa descosida. Sin inhibición toman una cerveza y se la turnan mientras ríen. La gente de los alrededores comenta que están locos.
Él no sabe su nombre ni de dónde viene; de hecho, no quiere hablar y ante las preguntas evade la mirada y consume una sopa instantánea que alguien le regaló, se sienta cerca de Catedral y merodea por los comercios para ver qué le obsequian. Huele mal y su ropa está sucia, desgarrada, el rostro ceboso, en descuido, sin afeitar.
María del Carmen García pasa a un lado de él y huye un poco; dice que le da miedo que la vayan a agredir porque luego se ponen necios; ?deberían hacer algo por esa gente, se ve muy feo que anden sueltos por la ciudad, asustan a los niños?.
Rocío González es empleada de una tienda de abarrotes y ver a esa gente le preocupa, le da lástima la situación de abandono en la que se encuentran y pide que se los lleven a un lugar para atenderlos porque están enfermos y necesitan tratamiento, arguye.
Rocío comenta que una vez en la noche un ?loco? la siguió; primero no le decía nada y después trató de agarrarla. Tuvo tanto miedo que se puso a llorar hasta que la persona huyó, asustado por el llanto.
A veces nos los llevamos a los separos por caridad: DSPM
El director de Seguridad Pública Municipal, Roberto Bravo Ontiveros, explicó que a veces se llevan a los enfermos mentales a los separos por caridad; esto sucede cuando hace mucho frío y definitivamente les da sentimiento verlos en las calles, sin abrigo.
Acotó que el año pasado se presentaron dos casos raros. Observó que una patrulla de Seguridad Pública de Gómez Palacio vino a tirar un enfermo mental hasta Durango, por lo que pensó: ?¿Acaso somos un tiradero de locos??. Pero por ningún motivo cree que la ciudad sea un tiradero; piensa que siguen siendo los mismos ?locos? de siempre.
En otra ocasión fue una señora que llegó a la ciudad porque se equivocó de parada, se dirigía a la frontera y bajó aquí: ?Presentaba síntomas de que no estaba bien de sus facultades, así que le compramos su boleto de regreso y se fue?.
Bravo Ontiveros sabe que es un problema a dónde llevarlos, dice. No hay ninguna institución que se preocupe por tratarlos; además, no son delincuentes como para encerrarlos.
PERCECPCIÓN
Falta de conocimiento y sensibilidad
María Soledad Ruiz Canaán, titular del Departamento de Salud Mental de la Secretaría de Salud del Estado, menciona que el problema radica en que a la gente le falta conocimiento y sensibilidad acerca de los problemas de la mente, además de que el hospital mental de la ciudad es el único que hay en el estado; incluso, viene gente de Coahuila y Zacatecas a atenderse.
Espera que en esta administración municipal se ponga mayor atención a la salud mental, porque considera que en otros años hubo un descuido en este sentido. Comentó que en el Hospital Psiquiátrico hay gente que ?forma parte del mobiliario? y definitivamente no los pueden correr, pues sus familiares ya no les hacen caso.
En relación con los enfermos que deambulan por el centro de la ciudad dijo que no se puede hacer nada porque están abandonados y para su tratamiento se necesita pagar una cuota en el hospital. Mencionó que en comparación con otros estados como Zacatecas, hay pocos enfermos vagando por la ciudad.