Connacionales se quejan de abusos de policías en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila.
EL UNIVERSAL-AEE
SAN LUIS POTOSÍ, San Luis Potosí.- Con el pretexto de ?revisar? la matrícula consular, agentes aduanales del interior cobran hasta 350 dólares a los migrantes mexicanos en tránsito a sus lugares de origen.
La matrícula consular es un documento emitido por el Gobierno mexicano para identificación de los mexicanos en el extranjero. En México es aceptado como identificación para trámites bancarios y algunos oficiales, pero no es obligatorio portarla.
Luis Moreno Solís, originario de Irapuato, Guanajuato, y procedente de Dallas, Texas, denunció que los agentes aduanales del kilómetro 26 de la carretera 85, tramo Nuevo Laredo-Monterrey, ?quitan dólares a los paisanos, entre los cien y los 350 dólares, por la revisión de la matrícula consular?, procedimiento que se supone ya superaron al paso por el puente fronterizo.
José Socorro Juárez, también procedente de Dallas y viajero hacia Irapuato, denunció que les marcaron semáforo rojo en la aduana del kilómetro 26. Uno de los agentes, a quien aseguran ya conocer por su muy prepotente forma de presionar hasta conseguir la extorsión, pretendía obligarlos a bajar todo lo que llevaban, según él para revisarlos.
?Le dijimos que no bajamos nuestra carga y nos presionó hasta que le puso cantidad al asunto: ?échale cien?, nos dijo, y sacamos un billete de cien pesos, pero él quería cien dólares. Imagínate, si le quitan 200 dólares cada 15 minutos a un viajero, con cuánto dinero se quedan?.
Explican que lo mismo les ocurrió en la primera caseta de cobro en la carretera 85 de cuota, donde los policías destacados en la zona les pidieron nuevamente cien dólares por dejarlos pasar; otra vez, el pretexto fue la matrícula consular.
Los Connacionales aseguran que durante su camino se encontraron varios ?puestos de extorsión? en los estados de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, donde los principales involucrados son agentes de las corporaciones de Policía.
?Ahora resulta que ellos le ponen valor a los documentos para dejarnos andar por el país? en el kilómetro 27 me friegan cien dólares por la matrícula consular? que la licencia americana no vale, que la tarjeta de trabajar de uno, tampoco, o sea que el Programa Paisano de qué sirve??, se quejaron.
?Pura chamba para poder vivir?
Ricardo Mendoza volvió a su tierra para la fiesta del rancho, que se celebró este 12 de diciembre. Ya no es el mismo, hace un año se fue ?a la aventura?, como él mismo lo describe, a Stockton, California. Ahora viste ropa holgada, espesas cadenas doradas, pelo corto, lleva un arete en el oído izquierdo, trabaja y gana en dólares.
En el jardín, frente al templo del Señor de la Misericordia, de la comunidad de Duarte, Guanajuato, observa a sus vecinos, decenas, que al igual que él acaban de retornar a su tierra y visten con atuendos similares.
Los paisanos que retornan sobresalen de entre las mujeres de reboso y delantal de cuadros, madres, hermanas y esposas que esperaban su llegada para la celebración de la Virgen de Guadalupe y las festividades de Navidad.
?Traje poco dinero, porque allá, en Stockton, se gasta mucho, y unos pequeños detalles para mi familia, ¿para qué digo que más?, es lo que se pudo dar, lo que alcanza a traer uno en unos meses?, dice Mendoza.
De la bolsa del pantalón saca un billete de 50 dólares frente a las cámaras. Ganarlo le llevó llenar 50 cubetas de tomate. Diario pizca 80 cubetas. Por cada una le pagan un dólar.
Ricardo aprieta los dietes y levanta la vista. Enseguida recuerda que a los 17 años se fue a Estados Unidos, cruzando cerros, montes de día y de noche, sin dormir y pasando hambre. ?Sentía que me iba a morir?, dijo.
En los campos agrícolas, diario, los paisanos se dan ánimos. ?Uno anda haciendo el trabajo, echándole ganas y gritando: ¡eh, la vida no vale nada!, hay que echarle ganas, queríamos venir a la aventura, ¡vale? hay que trabajar!, pues, hay que pegarle un rato?.
Allá, agregó, es pura chamba para poder vivir. ?Me levantaba y me iba a trabajar y luego llegaba a mi casa a dormir?.
?Pero ya estoy aquí, en mi casa, ¡a pasarla bien!, mientras duran los dólares?, expresó el joven de 18 años.
En febrero repetirá la hazaña, ?la aventura?, explica. ?Soy un chico soltero, trabajador y sin vicios, entonces, no hay problema. Que al cabo, la vida no vale nada...?.