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MANILA, FILIPINAS.- La influyente jerarquía católica filipina deploró ayer la crisis política que ha polarizado el país, pero dijo que “no exige” la renuncia de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, a quien exhortó a buscar la solución que le dicte su corazón.
“No exigimos su renuncia”, dijo la Conferencia Episcopal Filipina en una declaración redactada durante un retiro qque se llevó a cabo el fin de semana. “Sin embargo, tampoco la alentamos a que haga oídos sordos a esa exhortación que le hacen otros”.
La declaración, largamente esperada, podría aliviar la presión sobre Arroyo, que lucía cada vez más aislada desde que diez miembros del gabinete renunciaron el viernes y la exhortaron a hacer lo mismo. Arroyo se negó a hacerlo y desafió a la Oposición a iniciarle juicio político en lugar de obligarla a renunciar.
Los obispos “apoyaron indirectamente a Arroyo, lo cual ha fortalecido su posición”, dijo el comentarista político Benito Lim. “Esto le dará tiempo para organizarse y disipar el poder de la oposición. En términos pugilísticos, Arroyo ganó este asalto, pero todavía no ha ganado la pelea”.
Arroyo se comprometió a esforzarse por recuperar la confianza del pueblo y dijo que se sentía “profundamente agradecida a los obispos por su declaración de orientación y sabiduría”.
“Agradezco su voz colectiva de moderación y templanza en la introspección nacional”, dijo Arroyo en un comunicado. “Leeré cada línea y entrelínea de la declaración de los obispos”.
El representante izquierdista Satur Ocampo dijo que a pesar de la posición de los obispos, piensa que las protestas contra Arroyo continuarán.
“Es un factor de desaliento en el sentido que los sectores religiosos aliados con la conferencia episcopal tal vez se vuelvan renuentes a participar de las movilizaciones populares, pero pensamos que las facciones militantes del sector religioso saldrán a las calles”.
El titular del bloque minoritario del Congreso, Francis Escudero, dijo que la oposición respeta las posiciones de los obispos, pero no coincide totalmente con ellas.
“Seguiremos llamando pacíficamente a la presidente a que renuncie”, dijo Escudero.
