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Desatados/Nuestro concepto

los seis calefactos desatados que buscan con ahínco (y hasta derroche de recursos) ese cofre del tesoro llamado candidatura priista al Gobierno del Estado, dedican gran parte de su tiempo al juego del ajedrez polako, en donde anticipan jugadas de sus adversarios y le dan forma, sentido a todos y cada uno de los gestos, abrazos y discursos de quienes les podrían ayudar o no, en su carrera por el poder. Lo curioso del asunto es que en sus respectivos tableros siempre se proyectan triunfadores: Que si uno domina la estructura territorial del partido; que si otro tiene en su bolsillo al magisterio. Más de tres aseguran que tienen la bendición del máximo jefe político en el Estado y hay incluso quien asegura ante su grupo cercano que ya recibió luz verde del mismísimo líder nacional del partido, Roberto Madrazo Pintado.

Pero cada movimiento encuentra una reacción: que si Martínez y Martínez la está jugando limpio ya que sus intereses se encuentran en otra parte o por el contrario, que tiene dos protegidos; que si uno de los aspirinos sólo le juega al esquirol ya que tiene una agenda personal alterna. Que si el Grupo Industrial Saltillo se la está jugando con dos gallos y el que reparte amores... que si lo último que le importa al líder del PRI en estos momentos es Coahuila, que representa en el concierto nacional menos del cuatro por ciento de los votos y una docena más de interpretaciones y jugadas maestras que siempre benefician al que las plantea.

En este cada vez más complicado y ríspido panorama pre, pre y más preelectoral, hay quien advierte que la lucha interna en el PRI por la candidatura presidencial le está metiendo más leña al fuego en la hoguera coahuilense. El que tanto Martínez como Madrazo tengan enfocadas sus baterías para la grande, deja el terreno libre de obstáculos para que los que quieren a toda costa la candidatura al Gobierno del Estado le entren al juego sucio en un terreno sin árbitro y entonces tanto los piquetes de ojos como el halar el cabello está permitido en cuanto no se sanciona. Habrá incluso quien añore los tiempos en que los gobernantes cobijaban a sus delfines y al menos no se registraban tantos golpes bajos y tanto derroche de recursos.

Uno de los calefactos dice hoy que Coahuila vive un clima de descomposición política por el descontrol que existe dentro del PRI por falta de dirección y trabajo político y que es falso que en el partido haya diálogo, acuerdo y unidad y que por lo tanto el riesgo de ruptura es inminente. Y eso que apenas estamos en las pre-precampañas.

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