Varias enfermedades son detectadas hasta que se encuentran en etapa terminal
Citlalli Zoé Sánchez |
El Siglo de Durango
Patricia Uribe Zúñiga, coordinadora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud federal, manifiesta que las cuestiones culturales afectan de forma directa a la salud de la mujer, ya que es quien atiende a los enfermos de casa olvidándose de sí misma.
Las madres de familia dedican en promedio 40 horas a la semana al cuidado de los enfermos y sus hijos, según comenta la funcionaria federal, de tal forma que relega su atención médica para concentrarse en la de los demás.
La mujer acude a servicios de salud para atenderse en aspectos relacionados con la salud reproductiva, con el afán de proteger a sus vástagos, pero fuera de este rubro acude menos a su curación que los hombres. ?La mujer relega su atención porque está al servicio de los otros, no falta a las consultas de sus hijos; si está enfermo el marido lo acompaña, pero ella minimiza su atención?.
Por eso, enfermedades tales como el cáncer cérvico-uterino avanzan y tienen consecuencias fatales, no obstante que para que este mal se desarrolle tarda hasta 20 años. ?Las mujeres llegan a estas etapas terminales porque no se hicieron caso durante muchos años?, destaca.
Los servicios de salud no han sido sensibles a la parte cultural y no responden a las necesidades de las mujeres, argumenta Uribe Zúñiga, pues en la mayoría de los sanatorios no hay un sitio en donde puedan dejar a sus hijos, para así ir a consulta sin problema alguno.
?Los servicios de salud son fríos, insensibles. A la mujer le cuesta trabajo ir que la revisen para detectar cáncer de mama, no le gusta y, además, su marido no la deja. La mujer no se siente cómoda de que le hagan el papanicolao y haya muchas personas viendo?, explica. Por lo tanto, el médico debe aprender a ?ponerse en los zapatos del otro?, es decir, sensibilizarse.
Otro problema es que, por lo general, los hombres no ayudan en el cuidado de los enfermos en casa, delegan toda la responsabilidad al ama de casa. ?En promedio la mujer ocupa 20 horas en cuidar a los niños y a los ancianos, y si hay enfermos crónicos son otras 20 horas más a la semana. Son 40 horas. Luchamos porque no haya inequidades de género, desigualdades que son injustas, innecesarias y prevenibles?, declara.
Uribe Zúñiga manifiesta que, por factores culturales, en algunas partes del país son las niñas quienes padecen mayor desnutrición porque en caso de que haya poca comida la prioridad es alimentar al jefe de familia y los hijos varones. Ahora bien, la formación que reciben los varones desde sus primeros años de vida, inculcándoles conductas ?machistas?, intervienen en el hecho de que son los que más mueren por accidentes y homicidios.
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PROPÓSITO
Patricia Uribe Zúñiga, coordinadora del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva de la Secretaría de Salud federal, informa que siguen diversas líneas de acción para dar un nuevo enfoque a la salud de las mujeres.
?Es verla de una manera integral, desde el inicio de vida hasta su última etapa y damos especial énfasis a la salud reproductiva porque juega un papel muy importante. Vemos problemas de salud que son más frecuentes en ellas, como la violencia, problemas de salud que se expresan de manera diferente en mujeres, como por ejemplo bulimia y anorexia?, dijo.
Explica que, asimismo, el Centro ve a la mujer como proveedora de servicios de salud, ya que un 80 por ciento de los profesionistas que se dedican a esta área pertenecen al sexo femenino; por lo tanto, promueven políticas laborales, es decir, buscan que sean equitativas las condiciones en los planteles de la SSA.
?Promovemos que en los centros de trabajo haya un lugar digno para que la mujer pueda amamantar a sus hijos, porque a veces sí se les da pero están en el baño porque no hay un lugar especial?, puntualiza.
