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Londres, Inglaterra.- Según revelaron este viernes al diario británico Daily Mail los amigos de Camilla, que estos días está comenzando a asumir sus responsabilidades como nuevo miembro de la familia real, quiere mantener esa mansión, valorada en más de 1.2 millones de euros para reunirse en ella con sus amigos.
Tras su boda civil del 9 de abril, Carlos y Camila pensaron vender la mansión de estilo georgiano, pues el matrimonio tiene otras tres residencias, propiedad del príncipe de Gales.
Sin embargo, según señalaron al rotativo allegados a la esposa del príncipe de Carlos, ésta ha cambiado de idea y ha invitado a comer a algunos amigos a Raymill y no a la cercana Highgrove, donde su esposo tiene una residencia de descanso.
"Ella se siente infinitamente más cómoda en Raymill porque no hay sirvientes y puede relajarse más fácilmente", explicaron al tabloide los amigos de la duquesa.
Según el diario, Camilla tiene otra razón de peso para no deshacerse de esta casa, pues la duquesa quiere que sus hijos, Tom y Laura, disfruten de la mansión cuando lo deseen.
Raymill, cuyo valor se incrementó notablemente tras el enlace real, fue uno de los refugios de Carlos y Camila cuando se escondían de la mirada ajena, mientras el heredero del trono estaba casado con la princesa Diana.