Hasta hoy los Verdes no habían descartado una alianza con conservadores y liberales.
Berlín, (EFE).- La candidata conservadora a la Cancillería alemana, Ángela Merkel, dio hoy otro paso en dirección a la gran coalición con el Partido Socialdemócrata (SPD), tras una histórica y amistosa reunión con los Verdes, que, sin embargo, evidenció la inviabilidad de una alianza "contra natura" entre esas fuerzas.
La jefa de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y el de la Unión Cristiano Social de Baviera (CSU/CDU), Edmund Stoiber, dejaron entreabierta la puerta a otro encuentro con los Verdes, en función de cómo se desarrolle la próxima semana su reunión con el SPD de Gerhard Schroeder, pero los Verdes descartaron esa posibilidad.
Esa formación no se convertirá en "artífice de una mayoría sólo numéricamente posible" -como sería la llamada coalición Jamaica entre CDU/CSU, Verdes y liberales-, puesto que no son fuerzas "ideológicamente compatibles", afirmó la co-presidenta de los Verdes, Claudia Roth, al término de la reunión.
La distancia que separa a los conservadores de los Verdes es "muy grande", admitió Merkel, y, pese al clima "franco, abierto y amistoso" de la reunión, está claro que hay "enormes dificultades para encontrar puntos en común".
Mientras Merkel y Stoiber hablaban aún de posibles contactos futuros, según lo que ocurra en la reunión del próximo miércoles "con los socialdemócratas", el otro co-presidente de los Verdes, Reinhard Bütikofer, sentenció que no hay base para seguir hablando.
"No vemos posibilidad alguna de recomendar a los gremios de nuestro partido seguir adelante con las conversaciones", dijo.
Roth y Bütikofer lanzaron así un mensaje de responsabilidad política, al asistir a la reunión con la CDU-CSU, e, indirectamente, presionaron al Partido Liberal (FDP) a responder, aunque sea formalmente, a la invitación del SPD de hacer lo propio con ellos.
Las alternativas numéricamente posibles a una gran coalición -puesto que hasta ahora no se habla de gobierno de minoría y se descarta toda posibilidad de alianza con el Partido de la Izquierda- son las fórmulas de coalición "semáforo" o "Jamaica.
En ambos casos, los nombres responden a los colores con que se identifica cada partido: rojo, amarillo y verde para la que formarían SPD, FDP y Verdes y negro, amarillo y de nuevo verde para la "jamaicana", de CDU-CSU, liberales y ecopacifistas.
Roth calificó de "histórica" la reunión con los conservadores, no sólo porque no hay precedentes de esta constelación jamaicana a escala federal, sino por ese clima que, como Stoiber y Merkel, también los Verdes calificaron de "abierto y amistoso".
Merkel parecía querer mantener en pie esa posibilidad -tal vez sólo como estrategia para tener mejores cartas ante la próxima reunión con Schroeder-, pero Stoiber coincidía plenamente con las afirmaciones de los Verdes.
Según Stoiber, el principal argumento contra una nueva ronda de conversaciones con los Verdes es el hecho de que éstos "no quisieron entrar hoy" a discutir cuestiones de contenido, como política europea, y, en cambio, por parte del SPD sí existe esa disposición.
Bütikofer, por su parte, subrayó que uno de los problemas consistió en el hecho de que "ni Merkel ni Stoiber estuvieron dispuestos a reconocer su mal resultado electoral y tomar las necesarias consecuencias".
El dúo Roth y Bütikofer parecía dispuesto a emprender, con honor, el camino a las líneas de la oposición que, a la larga, puede granjearles más beneficios electorales que un cambio de rumbo en dirección a la CDU-CSU.
Hasta hoy los Verdes no habían descartado una alianza con conservadores y liberales, lo que había suscitado ácidas críticas en sus propias filas y también advertencias acerca de las consecuencias que ese tipo de "traición" ideológica entre su electorado.
El pronunciamiento de hoy sigue a la decisión de su líder y aún ministro de Exteriores, Joschka Fischer, uno de los políticos más populares e influyentes del país, que prácticamente se ha despedido de la política activa y ha afirmado que su futuro está "en las hileras de atrás" de los escaños de los Verdes.
Mientras Merkel y Schroeder mantienen un duro duelo por la Cancillería, Fischer y los suyos avanzan hacia una honrosa oposición.