EFE
Santiago de Chile.- Un grupo internacional de astrónomos ha identificado un agujero negro supermasivo que viaja libre por el espacio y, detrás de él, la galaxia que hirió a su paso.
La mayoría de las galaxias, incluida la nuestra, giran alrededor de agujeros negros supermasivos, pero los astrónomos acaban de descubrir uno de éstos casi inconcebibles objetos sin su habitual enjambre de estrellas, que quizá perdió en su reciente colisión.
Un agujero negro es un objeto tan denso y con una gravedad tan intensa que ni siquiera la luz tiene suficiente velocidad para escapar a su poderosa atracción.
Su presencia distorsiona el tejido del espacio tiempo hasta el extremo de crear una “singularidad” que algunos cosmólogos consideran que puede ser un violento punto de contacto entre distintos universos o un túnel sin dimensiones entre varias capas del nuestro.
Los agujeros negros supermasivos no son negros del todo, según han confirmado los astrónomos: engullen tanta materia y a tanta velocidad que en las cercanías de lo que se denomina su “horizonte de sucesos” -la frontera de la perturbación del espacio y del tiempo- las partículas se aceleran hasta el extremo de emitir radiación gamma antes de caer para siempre en ellos.
Estos enormes objetos entonces se llaman “quasars” -bautizados erróneamente Quasi Stars hace cuarenta años- con una violenta eyección de energía que emana cada uno de sus polos de rotación que los convierte en faros cósmicos.
El equipo internacional de investigadores que ha utilizado el Observatorio Europeo Austral en Chile (ESO, por sus siglas en inglés) del Cerro Paranal, en el norte chileno, y el Telescopio Espacial Hubble, estudiaba desde hace unos años 20 de estos lejanos “quasars”.
En 19 de ellos pudieron observar, como estaba previsto por la teoría y por las observaciones previas, las galaxias anfitrionas que los rodeaban, pero en un caso, en el del objeto bautizado HE0450-2958, el “quasar” aparece sin ninguna galaxia alrededor, casi aislado en el espacio.
Con una masa de centenares de millones de veces mayor que el Sol, aunque con un diámetro mínimo, este agujero negro es un “quasar”, es decir, emite radiación gamma, gracias al polvo interestelar que arrastra con él y del que se alimenta.
Detrás de él, a unos segundos de arco desde la perspectiva de la Tierra, se encuentra la galaxia con la que chocó hace sólo 100 millones de años, distorsionada por la colisión, y parte de ella convertida ahora en un frenético horno donde millones de estrellas mueren y otras nacen.
Según informa ESO, existen varias explicaciones al hecho de que el “quasar” viaje solo por el espacio, aunque todas ellas asombrosas.
La más plausible es que este agujero negro perdió la galaxia que lo acompañaba al chocar con la que ahora ha dejado atrás y lo sigue.
“La ausencia de una gran galaxia anfitriona, combinada con la presencia de una estela de polvo y una galaxia cercana, fabricante de estrellas, nos lleva a pensar que hemos descubierto un agujero negro realmente exótico”, afirmó Fréderic Courbin, de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, miembro del equipo investigador.