Acepta el Congreso la dimisión de Carlos Mesa; renuncian al derecho de sucesión titulares de cámaras.
EFE
SUCRE, BOLIVIA.- El Congreso de Bolivia designó como nuevo presidente de Bolivia al abogado Eduardo Rodríguez Veltzé, hasta ayer presidente de la Corte Suprema, en sustitución de Carlos Mesa y después que los titulares de las cámaras renunciaran a la sucesión constitucional.
La designación de Rodríguez se produjo en una sesión que comenzó a las 23:00 horas locales (03:00 GMT) en la Casa de la Libertad de Sucre y en la que previamente fue aceptada la renuncia a la Presidencia presentada por Carlos Mesa el lunes pasado, mediante una resolución parlamentaria aprobada por dos tercios de los votos.
En una segunda resolución, aprobada por la misma cantidad de sufragios, los legisladores aprobaron la renuncia a la sucesión constitucional de los presidentes de las cámaras de Senadores y Diputados, Hormando Vaca Díez y Mario Cossío.
UN GRAN RETO
Eduardo Rodríguez Veltzé se convirtió en el encargado de conducir la transición en Bolivia al asumir la jefatura del Estado. La casualidad, o los derroteros por los que se ha movido esta nación andina víctima de masivas protestas sociales desde hace un mes, que se cobraron la vida de un manifestante, alzaron a la Presidencia a este abogado del que no se conoce afiliación política con algún partido.
Eduardo Rodríguez el presidente número 83 de la historia boliviana encontró un amplio apoyo por parte del Legislativo y de algunos líderes sociales, convocantes de las protestas y quienes han anunciado que no cesarán sus demandas.
Lo cierto es que Rodríguez era el preferido entre los tres herederos de la sucesión presidencial, pese a ser el último de la lista. Su ardua tarea ahora es conducir una Bolivia casi deshecha y que reclama elecciones generales anticipadas, la convocatoria de una Asamblea Constituyente y un referéndum de autonomía.
Demandas que si bien precisan de un proceso institucional son clave para que el grave conflicto social se apacigüe y los bolivianos puedan volver a circular por las carreteras bloqueadas.
Su gestión, aunque de transición, también debe permitir que los alimentos, las medicinas, el carburante y otros bienes de primera necesidad vuelvan a las ciudades de La Paz y El Alto, casi desabastecidas por los bloqueos y protestas.
El panorama no lo tiene fácil, pero al menos es el que despierta más simpatías entre una multitud de molestos ciudadanos.
Paralizan aeropuertos
Los empleados de la Administración de Aeropuertos y Servicios de Navegación Aérea de Bolivia iniciaron ayer una huelga por tiempo indefinido en demanda de la nacionalización de los hidrocarburos, informaron fuentes gremiales.
La Federación Nacional de Trabajadores Aeroportuarios indicó mediante un comunicado que el paro general por tiempo indefinido afecta a los 27 aeropuertos bolivianos, lo cual complicará aún más la crítica situación de este país sudamericano.
Los funcionarios que trabajan en las terminales aéreas también piden, al igual que campesinos y mineros, una Asamblea Constituyente y un referéndum sobre autonomías, así como el regreso a manos del Estado de los tres aeropuertos concesionados a la iniciativa privada.
Los sectores opositores a Mesa rechazan que asuma la Presidencia el titular del Congreso Hormando Vaca Díez o al de la Cámara de Diputados, Mario Cossío y piden que asuma el poder Eduardo Rodríguez, de la Corte Suprema de Justicia, quien por mandato constitucional debe convocar a elecciones presidenciales en el corto plazo.
El paro de los aeropuertos complicó a partir de ayer la situación del país, ya que miles de personas que desean abandonar Bolivia no lo pueden hacer por ninguna vía.
PERFIL
El abogado Eduardo Rodríguez Veltzé, hasta ayer presidente de la Corte Suprema, y nuevo presidente de Bolivia, nació el dos de marzo de 1956 en la ciudad boliviana de Cochabamba, en los valles del centro del país, estudió la carrera de Derecho en la Universidad Mayor de San Simón de esta ciudad y obtuvo el título de abogado en 1981.
Su pulcro currículum como letrado y técnico de la Administración le permitieron una vida discreta, y sin ambición política, que ayer se vio truncada por el hecho de ser el tercero en la línea de sucesión constitucional en Bolivia.
En 1988 cursó una maestría en Administración Pública en la Escuela de Gobierno John Fitzerald Kennedy de la Universidad de Harvard (Massachussets, EU) y posteriormente prestó sus servicios como responsable de los Servicios Legales de la Controlaría General de la República.
También fue asesor general del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Bolivia, así como coordinador residente del Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente (ILANUD).
En marzo de 1999, el Congreso Nacional lo eligió ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y desde marzo de 2004, hasta ayer, presidió este organismo y el Consejo de la Judicatura de Bolivia.