Hay situaciones que simplemente son injustas. Más allá del discurso integrador, de esa pretendida visión de Estado y la promesa solemne de no privilegiar el desarrollo de una región sobre otra en el Estado de Coahuila, hay datos concretos sobre asuntos específicos que permiten la duda y alimentan la sospecha. La infraestructura hospitalaria es uno de ellos.
Para comprender que la Secretaría de Salud del Estado privilegia a la capital del Estado sobre la ciudad más importante en términos de desarrollo económico e ingresos vía captación de impuestos, que es Torreón, basta con desmenuzar los datos duros: en Coahuila hay una población de dos millones, 511 mil personas y de éstos, un millón 566 mil cuentan con seguridad social (IMSS e ISSSTE). El resto, 944 mil coahuilenses, depende de la Secretaría de Salud del Estado y los hospitales privados, para su atención médica.
Saltillo tiene una población de 578 mil personas, contra las 529 mil que viven en Torreón; pero habría que agregar a los hermanos laguneros de Viesca, San Pedro, Matamoros y Francisco I. Madero para sumar 847 mil ciudadanos. También vale la pena consignar el dato de que Torreón reporta ingresos por captación de impuestos en el orden de los 158 millones de pesos, contra los 121 millones que capta Saltillo.
Sin embargo, en Saltillo tienen ocho unidades médicas y aparte el Centro Teletón, y en Torreón sólo tres. Hay que sumar la Clínica de Especialidades (CREE), el Centro SÍ Mujer, la Clínica de Oftalmología, el Hospital Especializado de la Mujer, el Especializado del Niño, el Psiquiátrico, el Especializado en Geriatría y el Centro de Transfusión Sanguínea y contrastarlo con lo que hay en Torreón: la clínica de especialidades (CRI), el Centro SÍ Mujer y el Hospital General, para constatar que en Coahuila hay ciudades privilegiadas.
