Agencias
SANTA MARÍA, CALIFORNIA.- La ex mujer de Michael Jackson, que la semana pasada lo elogió en su declaración en el juicio por abuso sexual a un menor de 13 años, dijo que era un ?psicópata? durante una entrevista realizada previamente por la policía, según se afirmó en la Corte.
El sargento de la policía Steve Robel también declaró que Debbie Rowe, casada con Jackson entre 1996 y 1999, acordó brindar testimonios constructivos sobre el músico tras el divorcio.
La evidencia de Robel se encaminó a mitigar el impacto del testimonio de Rowe la semana pasada, cuando, para la sorpresa de los acusadores, que la consideraban ?el? testigo, pintó a Jackson como alguien ?generoso? y ?gran padre?.
El sargento Robel indicó que la rubia de 46 años había dado un retrato muy diferente de su ex marido en marzo de 2004, cuando fue interrogada por su vinculación con el actual caso por presunto abuso sexual de un menor.
?Ella describió a Jackson como un psicópata y a sus hijos como sus posesiones?, indicó.
A su vez, declaró que desde su divorcio Rowe cumplió su plan de ?hablar cosas positivas? sobre Jackson, a pesar de admitir que ?esos comentarios eran falsos?.
Al responder las preguntas planteadas por el fiscal del distrito, Tom Sneddon, Robel dijo que en ningún momento durante su interrogatorio Rowe describió a Jackson como generoso ni como buen padre.
Rowe, ex enfermera del dermatólogo de Jackson, le dio dos hijos: Prince Michael y Paris. El cantante tuvo un tercer hijo, Prince Michael II, con otra mujer en 2002.
Documentos legales revelan que cuando se divorciaron Rowe se comprometió, a cambio de un acuerdo multi millonario, a no hablar nunca sobre el supuesto consumo de droga de Jackson, su comportamiento sexual ni la forma en que criaba a sus hijos.
Más tarde este martes, los fiscales presentaron al jurado más registros telefónicos, en una arriesgada apuesta para demostrar que Jackson conspiró dos años atrás para secuestrar al joven de 13 años que posteriormente lo acusó de abuso sexual.
Otro testigo indicó que muchísimas llamadas fueron realizadas desde Brasil a la casa de Jackson y a sus asistentes en marzo de 2003. En ese momento Jackson buscaba hacer desaparecer a América del Sur al niño y a su familia, según la acusación.
La fiscalía argumenta que el complot para secuestrar al niño y a la familia y obligarlos a grabar un video apoyando al músico se montó a causa del pánico por las repercusiones de un documental de la TV británica. Allí Jackson admite, tomado de la mano del presunto abusado, que comparte su cama con niños.